Desde hace unos días se están difundiendo vídeos en las redes sociales en los que supuestamente vemos que un imán se pega a la zona del brazo donde supuestas personas vacunadas contra la covid-19 han recibido la inyección. También hay vídeos en los que aparece cómo se pegan tenedores, cucharas, monedas e incluso anillos. En estos vídeos se asegura que las vacunas llevan "metales pesados" o que nos han insertado un "dispositivo rastreador". También circula este contenido publicado en la web Ejército Remanente en el que se dice que la vacuna tiene algún componente magnético.
Según las informaciones recabadas por Maldita.es se trata de un bulo, ya que ni las vacunas llevan “metales pesados” ni están compuestas por materiales con propiedades magnéticas. Tampoco es cierto que nos hayan insertado un "dispositivo rastreador”.
EN LA FICHA TÉCNICA DE LAS VACUNAS NO FIGURA NINGÚN TIPO DE METAL PESADO O CON PROPIEDADES MAGNÉTICAS
Al revisar las fichas técnicas de las distintas vacunas contra la covid-19 que están en uso en la Unión Europea (UE) y, por lo tanto, en España (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen) se puede comprobar que no hay "metales pesados" entre sus componentes.
Lo más parecido que podemos encontrar en una vacuna (pero no en la de la covid-19) son sales de aluminio, que se emplean como coadyuvante para potenciar la respuesta inmune. En caso de que alguna vacuna incluya sales de aluminio lo hace en un porcentaje muy pequeño, menor incluso del que encontramos en la leche materna.
LA CANTIDAD DE METALES FERROMAGNÉTICOS QUE CABEN EN UNA VACUNA NO SERÍAN SUFICIENTES PARA GENERAR ESE PODER DE ATRACCIÓN
Necesitaríamos al menos un gramo del imán para poder atraer el metal o viceversa. El "equivalente" en volumen en la vacuna es aproximadamente un mililitro. Si tenemos en cuenta que las dosis de la vacuna del coronavirus tienen un volumen de 0,3 a 0,5 mililitros, literalmente no cabe tanto metal en tan pequeña dosis de vacuna. Y en el hipotético caso de que inyectáramos toda esa cantidad de metal, nos encontraríamos con que la vacuna tendría un color que ya no sería transparente, el paciente sentiría dolor con la inyección y se debería quedar un "bulto" de metal en el brazo a modo de implante para poder conseguir el "efecto imán" (si ese gramo de metal se distribuye por el cuerpo ya no se conseguiría el efecto). Todo esto es algo que no está sucediendo.
¿POR QUÉ SE NOS PUEDEN QUEDAR OBJETOS METÁLICOS “PEGADOS” EN LA PIEL MOMENTÁNEAMENTE?
Hay que tener en cuenta que desconocemos muchos detalles de cómo han sido grabados los vídeos que están circulando. No sabemos cómo son los supuestos imanes que han usado, si han podido utilizar alguna sustancia para que los objetos se pegaran a la piel o si las personas que salen han sido realmente vacunadas contra la covid-19.
"Mi hipótesis es que gracias a la humedad de la piel o a ejercer una pequeña presión, consiguen que los elementos que utilizan queden sujetos, entiendo que momentáneamente", afirma Alberto Nájera, profesor de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Castilla-La Mancha. Por ejemplo, el experto señala que si a una cuchara le echamos el aliento y generamos un poco de vaho, podemos hacer que adhiera a nuestra piel durante un rato.
LAS VACUNAS CONTRA LA COVID-19 NO LLEVAN UN "DISPOSITIVO RASTREADOR"
Alberto Nájera asegura que no es posible que con las vacunas nos inyecten un "dispositivo rastreador" que convierta a los vacunados en una "antena" o que permita que sean rastreados como "con un GPS". El físico explica que se necesitarían varios elementos para que esto funcionara que no pueden ser inyectados con la vacuna. El "dispositivo rastreador" tendría que ser "extremadamente pequeño" para que no fuera visible y pudiera entrar con la aguja, se necesitaría una antena "de al menos unos milímetros" y también una batería.
En definitiva, no hay un microchip en las vacunas contra la covid-19 para rastrear a los vacunados, como también aclaran los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.