La caza furtiva, en términos generales, descendió a lo largo del año 2020 un 54,9% en Castilla-La Mancha, sobre todo en la provincia de Cuenca, donde ese descenso llegó hasta el 85,5%, mientras que en las provincias de Albacete subió un 50%.
Así lo ponen de manifiesto los datos facilitados por el Gobierno de España a través del Boletín Oficial del Congreso de los Diputados, consultado por Europa Press, y que recaba información sobre las denuncias del Seprona por caza furtiva en las 5 provincias de la región durante los años 2019 y 2020.
En este sentido, en el conjunto de la región, durante 2020 se registraron 301 denuncias por cada furtiva, frente a las 667 de 2019, lo que supone un descenso del 54,9%.
La provincia de Cuenca es la que más descenso ha registrado, pasando de las 400 denuncias de 2019 a las 58 de 2020, lo que supone en términos porcentuales un descenso del 85,5%.
Misma tendencia sigue la provincia de Guadalajara, que pasa de 36 denuncias hace 2 años a las 16 del año pasado, lo que supone un descenso del 55,6%. También bajaron las denuncias por caza furtiva en la provincia de Ciudad Real, en concreto un 17,1%, pasando de las 175 denuncias de hace dos años a las 145 del 2020.
Al contrario, las provincias de Albacete y Toledo registraron aumentos de denuncias por caza furtiva. Según los datos del Gobierno central, en territorio albaceteño se denunciaron en 2019 48 actos, frente a los 72 de 2020, lo que supone un aumento del 50%. En la provincia toledana, de las 8 denuncias de hace dos años se ha pasado a las 10 del 2020, un incremento del 25%.