Cuenta la tradición que allá por el siglo XII, Illán, hijo único de los madrileños San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, fue enviado a cultivar, en la dura España mozárabe, unas tierras que poseía el amo de su padre en las vegas toledanas del río Tajo.
Relatan de él varios milagros, como que dedicaba mucho tiempo a rezar, y en cambio, labraba más que el resto de compañeros, que amansó unos toros bravos para labrar el campo, o que resucitó el caballo de su amo; pero el milagro más conocido aconteció el día que la Virgen se le apareció a San Illán, señalándole donde debía labrar la tierra para encontrar agua, y al pasar la rejada por una piedra, manó agua en abundancia.
Cuando Illán dejó de cultivar la tierra, se retiró como santero a la ermita de la Virgen de la Antigua, perteneciente a día de hoy al municipio de Cebolla. Tal es así, que la emita también es conocida como de San Illán, pues allí está enterrado su cuerpo, y ha sido lugar de culto para toda la comarca, donde acudían a pedir la curación de difíciles enfermedades de la época, como la rabia.
El Ayuntamiento de Cebolla ha sido el encargado de financiar la restauración de la imagen de San Illán, tallada sobre madera en el siglo XVII, para venerar a su santo labrador. En el acto de presentación de los detalles de la intervención, la alcaldesa de Cebolla, Silvia Díaz del Fresno, ha agradecido a la Hermandad de la Virgen de la Antigua su iniciativa por promover esta intervención, y ha añadido que “es un compromiso y una apuesta del ayuntamiento por la conservación de un patrimonio que es de todos los cebollanos y cebollanas”. Díaz del Fresno también ha destacado la importancia de contar con el apoyo de Juan Ignacio López, párroco del municipio, ya que “estas actuaciones no serían posibles sin el apoyo de un párroco con sensibilidad por la conservación del arte religioso como manifestación humana”, añadió.
La imagen fue trasladada al taller de restauración Fondo Blanco, Conservación, Arte & Restauración, donde la restauradora Noemí Sierra, ha dedicado varios meses para revertir los daños originados por el paso del tiempo, las malas condiciones de temperatura y humedad de la ermita, y la gran cantidad de suciedad incrustada. Noemí Sierra ha expresado “la satisfacción que supone conservar esta obra única en el mundo”, pues “ha sido un verdadero milagro que haya sobrevivido a tan adversos acontecimientos históricos” concluyó la restauradora.
Este conjunto escultórico, compuesto por San Illán labrando la tierra con dos toros, y realizando el milagro de la fuente, es única por su iconografía. Pues al contrario de lo que en ocasiones se ha extendido, la talla no muestra a su padre, San Isidro, sino que se trata de la singular representación de un santo que ya está en los altares, celebrándose cada 16 de mayo, pero cuya santidad no está reconocida por la Santa Sede, “tarea que queda pendiente” como indica el presidente de la Hermandad, Manuel Corral.
Imágenes de Noemí Sierra