Las horas de cola y los frecuentes retrasos que se viven en los registros civiles de toda España ya tienen una fecha de caducidad. A partir del próximo 30 de abril, y después de varios aplazamientos, no será necesario pasar por los registros civiles para poder casarse, de hecho, las notarías quedarán habilitadas para dar la documentación necesaria para llegar a la boda, es decir, el expedienté matrimonial para poder celebrar la unión.
Con esto, 3.000 notarías en España estarán habilitadas para el proceso, descargando la carga a los registros civiles de España. Una decisión que ha sido muy aplaudida pero que, después de seis años desde que se permite un matrimonio ante notario, ha tardado mucho en llegar. Pero, eso sí, es toda una ventaja para los ciudadanos, tanto en el ahorro de tiempo como en la burocracia que conlleva este proceso.
“Cuando el legislador confía en los notarios siempre conseguimos recortar enormemente los plazos. Tenemos una forma de trabajar más ágil de la que pueda ofrecer la Administración del Estado”, explica José Alberto Marín, decano del Colegio Notarial de Catalunya.
Pese a que este acuerdo supone una gran ventaja, el problema recae en que no se han podido habilitar los canales informáticos necesarios para la gestión de estos documentos en las notarías. Un problema que, según apunta La Vanguardia, se resolverá en las próximas semanas por parte del Ministerio de Justicia con la intención de que los notarios accedan a los datos del Registro Civil. Por ello, hasta entonces, habrá que pasar por la administración para cualquier tipo de documento, como el expediente matrimonial o un certificado de nacimiento.
“Una de las cuestiones más importantes cuando uno se casa son las económicas, de quién son los bienes y de quién son las deudas. Vamos a hacer que esto conste en el Registro Civil, es un avance importantísimo en seguridad jurídica”, indica Marín. Con la concreción del régimen económico matrimonial y la gestión del expediente, las notarías completarían un círculo, sumado a su poder de celebrar una boda o la autorización de divorcios y separaciones en parejas sin hijos menores de edad y sin litigios judiciales.
MÁS SEPARACIONES QUE BODAS EN 2020. Sin duda, la pandemia y el confinamiento del pasado mes de marzo han tenido un peso importante en la sociedad. Las medidas restrictivas para frenar el avance del coronavirus en España han provocado que miles de parejas hayan tenido que aplazar sus bodas, con la intención de pronto poder celebrar su unión acompañado de todos sus amigos y familiares, sin ningún tipo de medidas o aforo limitados.
En 2020, por primera vez, se registraron en notarías un número más alto de rupturas que de uniones. El pasado año, se celebraron 823 bodas -solo 60 entre marzo y mayor- y 1.510 divorcios. “Cuando se levanten las medidas restrictivas va a haber un aluvión”, augura Marín.
“Mucha gente ha pospuesto la boda por la pandemia y, por otra parte, el exceso de convivencia derivado de los confinamientos produce más separaciones y divorcios, según los expertos. Siempre se dice que a la vuelta del verano hay más rupturas. Ahora, coyunturalmente, se ha invertido la proporción entre enlaces y rupturas, pero creo que volveremos a la normalidad”, añade.
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