La boca es la puerta de entrada al cuerpo de todo tipo de gérmenes y bacterias. Una buena salud bucodental no solo implica una boca sana, sino también un organismo más fuerte y protegido. Cualquier infección que se inicie en la boca puede traspasarse al resto del cuerpo. Por eso, es muy importante saber interpretar las señales de alerta que nos envía, como el sangrado de encías.
Las encías sangrantes son uno de los problemas bucales más comunes entre los españoles. Según los datos 2 de cada 10 españoles tienen problemas con el sangrado. Y, sin embargo, solo el 2 % de los españoles acudió a un dentista por este problema.
En general, una encía sana no debería sangrar. A veces, ocurre por algo puntual y no supone ningún riesgo; por ejemplo, por un pequeño arañazo después de comer un alimento muy duro. Pero otras veces las encías sangrantes esconden problemas más graves. Si el sangrado es frecuente al cepillarse o incluso aparece de forma espontánea, hay que tratarlo para evitar que derive en enfermedades como la gingivitis o la periodontitis. Las encías inflamadas tienen un color rojo intenso (en lugar del habitual rosado) y pierden firmeza y consistencia.
Además, unas encías enfermas incrementan el riesgo de sufrir dolencias cardiacas. La periodontitis está directamente relacionada con enfermedades cardiovasculares (ictus, infartos...), ya que aumenta la inflamación de las encías y del resto del cuerpo. Por tanto, una persona con patologías previas del corazón debe tener especial cuidado con su salud bucal.
Los expertos de DosFarma explican cuáles son los principales motivos por los que pueden sangrar las encías, para así saber cómo tratarlas.
ACUMULACIÓN DE PLACA BACTERIANA. La saliva, la comida y los fluidos forman una capa de bacterias que se quedan en la boca si no se limpia correctamente. Cuando esa placa se endurece sobre los dientes, se produce el sarro, esa superficie amarillenta (o incluso marrón) que los afea. Si no hay una correcta limpieza, esas bacterias puedan provocar una gingivitis o una periodontitis.
LIMPIARSE LOS DIENTES DE FORMA INCORRECTA. Cepillarse con demasiada fuerza o con un cepillo muy duro puede dañar los tejidos cercanos al diente. Es posible que se produzca un poco de sangrado las primeras veces que se usa la seda dental, pero utilizarla diariamente las ayudará a estar más sanas. No obstante, si los movimientos son muy agresivos contra la encía, solo se conseguirá dañarla.
ALGUNOS FÁRMACOS. El tratamiento de algunas enfermedades puede motivar el sangrado de las encías. Es el caso, por ejemplo, de los medicamentos anticoagulantes.
FALTA DE CIERTAS VITAMINAS. La vitamina K es un nutriente necesario para la coagulación de la sangre. También puede influir un nivel bajo de vitamina C, ya que es necesaria para producir colágeno, la proteína encargada de la cicatrización de las heridas.
PREDISPOSICIÓN GENÉTICA. La herencia es un factor de riesgo en muchas enfermedades. Hay personas que tendrán más posibilidades de sufrir problemas en las encías y deberán vigilarlas con más regularidad.
OTROS FACTORES DE RIESGO. Hay otros aspectos que pueden influir en las encías sangrantes: el tabaco, el estrés, los cambios hormonales (por ejemplo, en el embarazo o la menopausia) y ciertas enfermedades, como la diabetes, el herpes o el VIH.
CÓMO EVITAR EL SANGRADO DE ENCÍAS. Es muy importante detectar a tiempo cualquier problema en las encías. De esta forma, será mucho más fácil saber si se trata de un síntoma de alguna dolencia más grave (como la diabetes), una falta de vitaminas o un problema de mala higiene.
1. Llevar una rutina de higiene adecuada. El cepillo solo consigue frotar uno o dos dientes al mismo tiempo, así quehay que moverlo con frecuencia para llegar a todos. Una buena forma de no olvidar ningún rincón es dividir la boca en cuatro secciones y dedicarle unos 30 segundos a cada una. En total, unos 2 minutosdespués de cada comida.
Hay que tener en cuenta que el cepillo apenas llega al 40 % de la superficie de la boca. Así pues, hay que complementarlo con seda dental o cepillos interdentales. En este caso, es suficiente una vez al día. También es importante no olvidar también limpiar la lengua a diario. Puede hacerse con el mismo cepillo, de atrás hacia adelante, o con un limpiador lingual.
2. Renovar el cepillo cada tres meses. Las cerdas se desgastan y deforman con el tiempo, con lo que pierden efectividad. Para mantenerlo en buen estado, hay que lavarlo y secarlo después de cada uso. Por otro lado, es mejor que tenga el cabezal pequeño, para que llegue a las zonas más difíciles, y las cerdas deben ser suaves.
3. Usar un revelador de placa dental. Estos productos ayudan a saber si hemos eliminado toda la placa al cepillarnos. Hacen que los restos de placa destaquen con algún color llamativo, para que así sepamos qué áreas hay que volver a limpiar.
4. Llevar una dieta saludable. Hay que evitar los excesos de grasas saturadas y de azúcares refinados, ya que incrementan el sangrado cuando hay gingivitis. Igualmente, tomar suficientes frutas y verduras permitirá mantener unos buenos niveles de vitaminas y minerales, indispensables para un cuerpo sano.
5. Tomar suplementos vitamínicos. Ayudarán a conseguir la cantidad óptima de ciertas vitaminas para evitar el sangrado de encías.
6. No fumar. Los fumadores tienen hasta 6 veces más riesgode sufrir una enfermedad que afecte a los tejidos que rodean los dientes. Además, el tabaco hace que sea difícil detectar los síntomas clásicos de las enfermedades bucales, debido a que los fumadores sangran menos y tienen unas encías más violáceas.
7. Evitar el estrés. El estrés es uno de los factores de riesgo del sangrado de encías. Aunque es una respuesta habitual ante ciertas situaciones, no debe mantenerse durante un periodo largo. Si es así, es conveniente acudir a un profesional.
8. Hacerse revisiones periódicas. Al menos una vez al añoes recomendable acudir al dentista para confirmar que todo está en orden.