El código QR en el sector de la hostelería de Castilla-La Mancha, que está previsto que pase a ser obligatorio el 12 de marzo, podría ampliar su periodo voluntario si aún no se han terminado los trabajos técnicos y de seguridad que la ley de protección de datos obliga o se observa que la sociedad necesita "un poco más de entrenamiento".
Así lo ha explicado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en una entrevista concedida a Europa Press, donde ha señalado que al ser una herramienta de uso voluntario, todavía "el rastreo no se puede solicitar" porque no se puede saber cuánta gente de los que han estado alrededor de una persona positiva tiene el código QR.
"Es un sistema que aún no es válido al ser voluntario", ha reconocido el responsable de la Sanidad regional, quien ha apuntado que en lo que se está trabajando ahora mismo es en el plan técnico: en la explotación de los datos y cómo se hará el rastreo.
El consejero cree que el código QR es un sistema que "puede garantizar mejor la evidencia de los contactos" y por eso "es importante que pase a ser obligatorio". En la instrucción dictada en su día se fijó el 12 de marzo como fecha en la que esta herramienta pasaba a ser obligatoria, pero, según ha explicado, era "una fecha orientativa" que podría ser modificada si los trabajos técnicos no han concluido o la gente necesita "un poco más de entrenamiento".
"Una herramienta que es positiva hay que flexibilizarla y dar la posibilidad a las personas que se entreguen a ella. Si te empeñas y lo haces de forma impositiva, casi le estás restando efectividad a la medida", ha apostillado el titular de la Consejería de Sanidad.
El consejero también ha abierto la puerta a implantar este código en otros sectores. "Si se demuestra la efectividad de la herramienta sería positivo abrirlo a otros lugares y eventos" como los del ámbito cultural, ha dicho el consejero, quien se ha mostrado "muy contento" con una herramienta que ha suscitado el interés de Madrid, Baleares y Galicia.