La parroquia de San Pedro Apóstol, en el municipio de Olias de Rey (Toledo), va a instalar este martes un innovador dispensador de agua bendita para devolver a los fieles la posibilidad de persignarse a la entrada al templo, una tradición que la irrupción del coronavirus había desterrado de las iglesias por las recomendaciones higiénico-sanitarias para evitar contagios.
Gracias a este dispensador, instalado por la empresa AquaSanctus, cada fiel recibe directamente en sus manos el agua bendita necesaria para santiguarse sin necesidad de que su piel entre en contacto con ninguna superficie, minimizando así el riesgo de contagio.
Las recomendaciones higiénicas para evitar el contagio por COVID-19 convirtieron en imposibles multitud de actos cotidianos y, uno de ellos, fue la persignación de los fieles a la entrada de las parroquias tomando agua bendita de una pila común. La Conferencia Episcopal indicó a los párrocos que retiraran esta pila de la entrada de las iglesias, ha recordado la empresa en nota de prensa.
Este sencillo mecanismo que ya se ha instalado en lugares emblemáticos como la del Santuario de Nuestra Señora del Rosario la Virgen de Fátima, en Portugal; o en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia.