La Policía Nacional y el Servicio Secreto de EEUU han desarticulado una organización con base en Miajadas (Cáceres) y que defraudó 12 millones de euros con tarjetas bancarias. La macrooperación se ha saldado con un centenar de detenidos.
La red tenía su base de operaciones en un hotel de Miajadas (Cáceres), según ha avanzado la Policía Nacional, que apunta que es "la mayor investigación realizada hasta la fecha contra el fraude cometido con tarjetas bancarias".
En concreto, se han detenido a 105 personas e imputado a otras 14 en una macrooperación en la que se han llevado a cabo 88 registros simultáneos en cuatro países europeos.
La organización desplegó su base de operaciones en un hotel de Miajadas (Cáceres), desde donde coordinaban sus ilícitas actividades que se extendían tanto en España -se han detectado operaciones en 24 provincias- como en 15 países extranjeros.
a compleja investigación, liderada por la Policía Nacional en estrecha colaboración con el Servicio Secreto de los EEUU, comenzó hace año y medio, y se ha desarrollado de forma coordinada con EUROPOL y las policías de Grecia, Austria, Dinamarca, Reino Unido, Alemania, Polonia, Ucrania, además de las autoridades judiciales y Fiscales de la Audiencia Nacional Española, cinco fiscalías de EEUU -Texas, Jacksonville, Miami, Providence y Boston- y cuatro fiscalías europeas -Alemania, Austria, Dinamarca y Grecia-. Una investigación que ha sido dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número seis de la Audiencia Nacional, quién emitió 19 Órdenes Internacionales de Detención e Investigación a los países implicados en los que se han realizado las detenciones y registros.
Los miembros del entramado desarticulado -nacionales de Estados Unidos, Albania, Grecia, Bulgaria, Venezuela, Colombia y España- utilizaban numerosas identidades falsas y habían establecido su base de operaciones en España, en un hotel de la localidad extremeña de Miajadas (Cáceres).
Cada uno de sus componentes tenía un rol determinado para perfeccionar el fraude. Algunos de sus integrantes, con doble nacionalidad griega-estadounidense, tenían la misión de viajar a diversos puntos de EEUU con el objetivo de poner en marcha empresas que posteriormente serían utilizadas para cometer el fraude.
Una vez que la sociedad estaba legalmente constituida acudían a diferentes entidades bancarias y abrían cuentas a nombre de las mercantiles. Posteriormente recibían transferencias internacionales que emitían otros miembros de la organización desde distintos países de Europa para generar una falsa creencia de actividad legítima y empresarial, aparentando de ese modo solvencia económica.
LAS TARJETAS SE UTILIZABAN EN ESPAÑA
Una vez obtienen las tarjetas las enviaban por correo ordinario a Grecia y Austria y, desde ahí, finalmente a España, país donde serían finalmente utilizadas de forma fraudulenta.
Estas personas, una vez completaban su cometido en EEUU, regresaban a Grecia sin temor a que los bancos americanos les reclamasen el importe estafado ya que no tienen intención de regresar a territorio americano.
Después de esa devolución la tarjeta volvía a ser pasada en los datáfonos de los comercios españoles para liberar el importe retenido inicialmente, generando un descubierto en la cuenta bancaria norteamericana vinculada a la tarjeta de la que ya habían sido extraídos todos los fondos regresados de la devolución.
Inmediatamente después de que el dinero estuviera en la cuenta bancaria asociada al TPV español los fondos eran desviados mediante transferencia a las cuentas de diversas empresas, igualmente puestas en marcha por miembros de la organización asentados en multitud de países de Europa. A continuación se elaboraban falsas facturas de compraventa para que el propietario del establecimiento connivente justificase la transacción por un importe tan elevado e inusual.
LLEVABAN DOS AÑOS OPERANDO
La organización criminal se estableció en un hotel de la localidad de Miajadas (Cáceres), donde llevaban dos años operando. Este establecimiento mantenía abierta al público su cafetería para no levantar sospechas de inactividad, pero en él se refugiaban los principales miembros de la organización, así como otros socios griegos que acudían temporalmente a España a realizar alguna gestión relacionada con el fraude.
Los líderes del grupo, de origen albanés, utilizaban documentación falsa griega y contaban con personal de confianza, todos ellos españoles, que trabajaban para la organización realizando diversas funciones. Por un lado estaban los que captaban establecimientos conniventes, empresarios o autónomos que permitieran pasar tarjetas americanas en el datáfono de su comercio a cambio de una comisión del 15% del importe.
En una ocasión pasaron tarjetas americanas en una farmacia por valor de 80.000 euros -todo ello en menos de una hora-, mientras que en otra supuestamente gastaron 300.000 euros en un club taurino.
LE DIERON UNA PALIZA Y VARIAS PUÑALADAS
Era tal el convencimiento de que su actividad era impune que durante el estado de alarma, y en pleno confinamiento, realizaron cargos en hoteles que se encontraban cerrados al público por más de 1.300.000 euros.
Los empresarios y autónomos que se han lucrado con la actividad ilegal de la organización son de todos los sectores, como hostelería, joyerías, empresas de construcción, productos cárnicos, turísticos, alquiler y compraventa de vehículos, maquinaria agrícola, clubes de alterne, azulejos y cerámica, entre otros.
También hubo episodios de violencia, como el que sufrió uno de sus miembros cuando detectaron que se había quedado con una parte del fraude que había llevado a cabo. Tras secuestrarlo y llevarlo al lugar en el que se escondían los líderes de la organización “a dar explicaciones” le dieron una paliza y varias puñaladas, hechos que nunca fueron denunciados.
LAS DETENCIONES, EN TRES FASES
Las detenciones se llevaron a cabo en tres fases, siendo la primera de ellas la más importante y en la que se produjeron todas las entradas y registros realizadas tanto en España como en Grecia, Austria y Dinamarca, así como la detención de 36 personas ese mismo día.
Esta compleja investigación ha desvelado la existencia de más de treinta entidades bancarias afectadas por el fraude, que supera los 12.000.000 de euros.
Además se ha podido constatar que las ilícitas actividades de la organización se extendían por todo el mundo, tanto en España -Badajoz, Cáceres, Madrid, Toledo, Ávila, Salamanca, Valladolid, Zamora, Álava, Guipúzcoa, Barcelona, Gerona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Granada, Jaén, Córdoba, Málaga, Cádiz, Sevilla y Huelva- como internacionalmente -EE.UU., Grecia, Austria, Dinamarca, Reino Unido, Ucrania, Rumanía, Polonia, Bélgica, Turquía, Portugal, Francia, Holanda, Letonia y Alemania-
Como consecuencia del operativo se han bloqueado 87 cuentas bancarias –tanto en España como en varios países de Europa- con saldos que superan el millón de euros; se han intervenido 427.000 euros, 8.000 dólares y 600 coronas checas en efectivo; más de 200 tarjetas bancarias y 100 datáfonos; documentación falsificada; 14 vehículos de alta gama; y diez armas de fuego y varios machetes y cuchillos.