Anoche el arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, presidió la Vigilia de la Inmaculada. A las diez y media de la noche tuvo lugar la primera parte de la Vigilia, organizada por el Arciprestazgo, en la que los jóvenes dieron testimonio y tuvieron ocasión de preguntarle aquello que más les cuestiona. Asistieron las Congregaciones Marianas, los jóvenes de las parroquias de San Ildefonso, de el Pilar, San Juan de Ávila, San Andrés y San Francisco; grupos Marcha de Maristas, Peregrinos y la parroquia del Sagrado Corazón y Cor Unum de las MM. Agustinas, y las Misioneras de la Providencia.
Después de esta primera parte, tras exponer el Santísimo y proclamarse el Evangelio, el arzobispo se dirigió a los jóvenes para “mirando a Jesús con los ojos de la Inmaculada... exponer tres palabras que han marcado mi vida y que han marcado también la vuestra: alégrate, no temas y para Dios no hay nada imposibles”.
Tras su predicación, las canciones, el testimonio de Inés, una joven de la Congregación Mariana, quiso centrar su testimonio en la confianza en Jesús y María. Cerró impartió la bendición con el Santísimo para concluir consagrándose a la Virgen Inmaculada con una oración de San Maximiliano María Kolbe.
Varias veces, a lo largo de sus intervenciones, el arzobispo recordó a la ‘Consagración al Corazón de Jesús del Arciprestazgo de Talavera’, acto que tendrá lugar en el próximo mes de junio, con motivo de la inauguración de un monumento al Corazón de Jesús en la parroquia del Sagrado Corazón, y en la que desea se impliquen todas las parroquias y movimientos apostólicos de la ciudad de la Cerámica.
Si (
No(
