¿Trabajáis con toda la comarca? Todo el área sanitaria de Talavera.
¿Os resulta más difícil tratar con la gente de los pueblos o al contrario? En los pueblos hay un problema, por así decirlo, y es que hay gente mucho más mayor normalmente y a veces que no están concienciados.
Tuvimos el caso de un señor que dio positivo en un pueblo pequeño y al llamarle y preguntarle por los contactos nos dice que ha estado con todas las personas del pueblo, porque en ese pueblo van todos sin mascarilla y allí juegan la partida todos con todos y ninguno con mascarilla. Y le dijimos que no íbamos a hacer pruebas a todo el pueblo, que no se podía ir sin mascarilla y que no se podía estar en contacto con todo el pueblo… Y, entonces, nos responden que “nosotros estamos tranquilos porque como a nuestro pueblo no ha llegado el COVID, como a aquí no ha llegado… pues estábamos tranquilos”. Entonces hay mucha gente mayor que no está concienciada, aunque hay otros que sí lo están.
Hay algunos que tienen miedo y sí están concienciados. Lo que ocurre es que como en la primera ola no hubo casi ningún caso en los pueblos del área de Talavera y llegó después el verano, con mucho movimiento de gente incluso de fuera, la gente perdió el miedo. Vinieron muchos madrileños a ver a la familia, con la prueba pedida en Madrid, y venían a los pueblos compartiendo vida con 20 ó 30 personas y después, sorpresa, es positiva la prueba.
Y así ha crecido el número de positivos en los pueblos tras el verano. Y en ello también han tenido mucho que ver las ‘no fiestas’. Ha habido pueblos en que llegaban las fechas tradicionales de las fiestas y dos semanas después… aumento de positivos.
En resumen, ha habido mucha gente de fuera en verano que ha contagiado a gente del pueblo y esa gente se ha reunido con la excusa de las llamadas ‘no fiestas’ y se ha contagiado. Y es que, además, en los pueblos –como la gente es más familiar, más sociable y salen más a la calle, se relacionan los vecinos– tienen más contactos estrechos.
Por citar algunas localidades, ha habido muchos positivos en pueblos como Velada, Navalcán, La Pueblanueva, San Bartolomé de las Abiertas, La Nava de Ricomalillo… y todo ocurre en una semana. En algunos casos, persona a la que se hacía el test, persona que daba positivo.
Y es así, en los pueblos la gente tiene menos miedo. Se juntan más, están algo menos concienciados, son más sociables, son más mayores en general y, en definitiva, son personas con más riesgo.
¿Qué es lo más difícil que os ha tocado vivir?
Lo más difícil es llamar a una persona que está pendiente de una intervención por un cáncer o por un tratamiento de quimioterapia y tener que decirle que es positivo y que, de momento, hasta que se gestione cómo se le puede intervenir hay que suspender su operación.
Tuvimos, concretamente, a una chica que la llamamos el día antes de tener que venir a un ciclo de quimio y tener que tratar con la oncóloga para poder transmitir al enfermo cuál es el protocolo a seguir, si se lo posponían o no… eso es duro.
O también tener que comunicar a una persona que su familiar que ha fallecido era positivo en COVID y ellos no lo sabían. Imagina lo duro que es decirle a los contactos estrechos de esa persona, que suele ser su familia, que se tienen que aislar estando en su funeral. A esas personas, sus familiares directos, tenemos que decirles que se tienen que aislar, no se pueden quedar en el funeral de su padre o de su madre, etc. Y eso es muy complicado porque la gente no lo entiende, que es normal. Pero la salud pública está por encima de la salud individual.
¿Y lo más fácil?
Hay gente que te lo pone muy fácil. Gente que se relaciona sólo con su grupo de convivencia, que cuando sale a la calle va con mascarilla siempre, que se lava las manos constantemente… a esas personas que les comunicas su positivo y le pides sus contactos y te lo dice claramente “yo, mi marido y mi hijo, y nadie más” y hacemos el aislamiento que usted me diga… hay gente que te lo pone muy fácil.
Vosotros, imagino que sufrís psicológicamente…
Es cansado, pero como todos los trabajos. Estamos acostumbradas. Yo creo que el ser humano se acostumbra a casi todo y ahora mismo es lo que toca. Nosotras hemos hecho la carrera de enfermería y sabemos que este trabajo es duro. Hemos vivido situaciones muy duras, hemos trabajado en Urgencias, en UCI, en Oncología… estamos preparadas para estas situaciones. No podemos permitir que nos sobrepase la situación. Desde fuera puede pensarse que este trabajo es duro, que lo es. Y hay días que son más cansados.
Pero al final, tú llamas a personas y tú eres una persona también. La gente quiere respuestas, quiere soluciones y quiere saber si tiene el COVID ya cuando lo importante no es saber si tienes el COVID porque mientras no estés grave lo único que tienes que hacer es quedarte en casa. Lo importante es el aislamiento y si tienes síntomas graves acuden al hospital y aquí se les trata.
Y es que la gente se centra mucho en la prueba y se hace para reforzar el aislamiento de las personas. Por ejemplo, se nos da el caso de gente mayor que quiere la prueba a toda costa. Si la prueba se va a hacer pero lo importante de esto es que tú estés bien. Es decir, si tú eres una persona asintomática o tienes síntomas muy leves con un poco de tos o un poco de febrícula y nada más, lo importante es que sigas así y te recuperes.
Lo importante, en definitiva, es la evolución clínica de las personas, pero es verdad que la gente se centra mucho en la prueba “para mis padres o para mis abuelos”, por ejemplo, y saber que lo tienes no cambia el curso de la evolución del COVID porque tú puedes tener una muy buena evolución y tu vecino, no.
Por eso mucha gente cree que ya lo ha pasado. Y es que los síntomas son como la mayoría de los constipados, gripes, catarros comunes del mundo. Los síntomas de cualquier infección son muy similares. Por eso muchos recordamos dolor de garganta en febrero o febrícula en marzo y podemos sugestionarnos, pero lo importante es que cada uno esté bien.
¿Habéis tenido dificultades para seguir un rastreo?
Generalmente no aunque hay ocasiones que a la persona a la que hemos llamado pues fruto del nerviosismo o de un olvido involuntario se le puede haber pasado comunicarnos algún contacto estrecho. Eso entra dentro de lo normal, pero Atención Primaria tiene contacto estrecho con nosotros y si descubre que hay una persona que pertenece, por ejemplo a Ayuda a Domicilio, y no se nos había comunicado pues se integra entre los contactos.
Pero también se han dado casos en que no nos dicen la verdad. Nos ocurre a menudo que las personas a las que llamas no te dan sus contactos estrechos o que alguien tiene un trabajador que no es legal y no te lo quieren decir.
¿Sabéis a cuánta gente puede contagiar un positivo?
Es muy dispar. Es muy difícil. Hay veces que nos han dado muchos contactos y no ha habido más contagiados o en otras ocasiones con tres o cuatro contactos están todos contagiados. Hay casos que en una pareja uno es positivo y el otro no o en familias donde unos hijos están contagiados y otros no y viven todos en la misma casa. No es matemático.
En breve, la tercera y última parte de la entrevista. Rastreadoras en Talavera (III): “Ahora la moda es decir 'soy un falso positivo' y los falsos positivos no existen”