El acusado de matar a su excuñada a cuchilladas en junio de 2018 en Albacete ha pedido perdón a la familia de la víctima, a sus padres, ya fallecidos, a sus hijos y a la sociedad en general en su derecho a la última palabra durante la última sesión del juicio con jurado que se ha celebrado en la Audiencia Provincial. "Ojalá estuviera muerto yo y no ella", ha manifestado explicando que lo que hizo "no tiene justificación ninguna" por lo que se ha encomendado al jurado y a la Justicia porque "por mucho que haya pasado, nadie puede tomarse la justicia por su mano. Lo que he hecho no es el mejor ejemplo".
Pero antes de hacer estas manifestaciones que, según sus palabras, "es lo que esperaba todo el mundo que dijera", ha querido usar su derecho a expresarse por última vez para "aclarar" una serie de cosas que se han dicho durante el juicio.
Así ha contradicho las afirmaciones del fiscal y de la acusación particular que lo han acusado de "buscar eximentes" de su crimen. Si él buscara quitarse condena, ha asegurado, hubiera limpiado la escena del crimen y hubiera huido, y no fue así, ha añadido.
Se ha mostrado dolido por la manera en la que han quedado retratados sus padres durante el juicio porque "no se pueden defender" al estar fallecidos y ha ironizado con la falta de empatía que le han atribuido los peritos. También ha insistido que solo se puso la careta para salir de la vivienda tras cometer el crimen.
Una aclaración surgida de la decisión de la Fiscalía y de la acusación particular de incluir en sus calificaciones definitivas la agravante de disfraz, ya que consideran probado que el acusado se puso la careta del asesino de la película de 'Scream' durante el momento que mataba a su excuñada. Una afirmación que ambas partes han basado en los resultados de las pruebas de AND y de la declaración de los peritos.
NO HACEN FALTA CIEN CUCHILLADAS
Así ambas acusaciones han considerado que ha quedado probado que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato en los que la alevosía y el ensañamiento están corroborados ya que según las palabras del fiscal "no hacen falta cien cuchilladas para acabar con la vida de nadie".
Para este la muerte de la excuñada fue de forma alevosa, sorpresiva y evitando cualquier defensa y con ensañamiento, aumentando de forma deliberada, consciente y totalmente gratuita un dolor innecesario para conseguir el fin que el acusado pretendía desde el primer momento.
Además de considerar demostrado el delito de allanamiento de morada por el que también piden condena.
Además tanto la Fiscalía como la acusación particular han querido desmontar los argumentos de la defensa, que ha cambiado su calificación provisional considerando que los hechos son constitutivos de un homicidio confesado con los atenuantes de enajenación mental afectado con la influencia del alcohol y pastillas y la de la confesión, "ya que ha colaborado con el esclarecimiento de los hechos". Para ello pide penas de entre cinco y seis años, según se consideren estos atenuantes, y no reconoce el delito de allanamiento de morada, como solicitan las acusaciones.
La letrada de la defensa ha considerado que han quedado acreditados los problemas mentales y el consumo abusivo de alcohol y pastillas de su defendido a raíz de la "traumática separación de su mujer y sus hijos, que no ha podido superar".
SE LE FUE DE LAS MANOS
Ha explicado que su representado ha confesado que no llevaba la intención de matar a nadie, tal y como han presentado las acusaciones, que solo quería hablar con su excuñada y "se le fue de las manos". Ha alegado un trastorno de la personalidad que sufría desde la adolescencia a lo que se unió que no había comido nada en tres días, un consumo abusivo de alcohol y pastillas y falta de sueño. Además de una animadversión mutua con la familia de su mujer.
Para la defensa no hay que confundir la alevosía con el abuso de la superioridad y ha defendido la colaboración prestada por su defendido desde el momento que fue detenido, a pesar que tanto el fiscal como el abogado de la acusación particular no ven tan clave la colaboración del acusado para resolver el crimen. "No tiene ánimo de confesar nada sino que su intencionalidad fue preocuparse de lo que le iba a pasar y ocultar el crimen", ha afirmado el letrado de la acusación particular.
Por otro lado, las acusaciones se han agarrado a los informes de los peritos sobre la situación mental del acusado ya que según estos tiene "plenamente conservadas sus facultades mentales".
El fiscal ha pedido justicia para la víctima, "una mujer de cuarenta años que estaba tranquila en su casa, que su único pecado es ser hermana de la exmujer y que cuando salía tranquilamente fue abordada, sin darle oportunidad de defensa se abalanzó sobre ella y le dio más de cien puñaladas".
Por su parte la abogada del acusado ha defendido que este reconoció los hechos y por tanto la pena. Ha solicitado al jurado que se ponga en el lugar de su defendido, que tengan "sentido común" y que solo se fíen de lo que han visto durante el juicio y, si tienen alguna duda, que favorezcan al acusado.