A pesar que los datos, la prórroga de medidas para contenerlos, las recomendaciones por parte de las autoridades o las exigencias a los locales de ocio y hostelería lo cierto es que esta historia del COVID no parece ir con nosotros.
Unos días atrás, la primera teniente de Alcalde talaverana Floran Bellón era clara en sus declaraciones al recomendar a los talaveranos que "es necesario insistir e incidir en que está en nuestra mano y en la responsabilidad individual contener el virus que está propagándose” pidiendo que que "se eviten desplazamientos que no sean necesarios y juntarse con familiares o amigos, siempre que sea posible".
Este sábado, la Corredera del Cristo –zona peatonalizada los fines de semana y que aglutina numerosos locales de ocio– mostraba estas imágenes a eso de las ocho de la tarde. Y no es que censuremos que la gente salga a la calle, que se reúna con sus más allegados o que intente evadirse por un momento de la problemática que nos ocasiona la pandemia de SARS-Cov-2 sino que ejerzamos de esos sentimientos tan humanos como son la responsabilidad, la solidaridad y el respeto a los demás.
Los pacientes asintomáticos están creciendo por doquier y la medida más segura para combatir el contagio es la contención individual, más incluso cuando –después– las redes sociales arden pidiendo explicaciones por la proliferación de casos positivos en toda la zona de influencia de Talavera de la Reina, por ejemplo.
Pero, no contentos con lo ocurrido y denunciado en estas mismas páginas semana tras semana, los jóvenes siguen obcecados en creer que es más importante contravenir la Ley y seguir haciendo botellón las noches de los sábados sin pensar que las distancias de seguridad, el uso de mascarillas y el riesgo en que ponen a sus mayores cuando vuelven a casa con actuaciones como las que, de nuevo, se produjeron este sábado 26 de septiembre en la zona de La Barrosa, botellón de nuevo.
Seguimos pensando que el COVID no existe... hasta el infinito y más allá.