Al repasar la prensa de esta misma mañana esto es lo que nos hermos encontrado en la edición digital del diario AS. Y por su posible interés o curiosidad, aquí se la dejamos estimados lectores.
El Gobierno español asegura que la situación epidemiológica actual en España no es grave y por el momento descarta un nuevo confinamiento. Sin embargo, los contagios en nuestro país se han disparado de forma alarmante, se han diagnosticado más de 27.000 positivos en los últimos siete días y expertos tan reputados como Michael T. Osterholm afirman que “probablemente será necesario confinar de nuevo en España”. Las cifras hacen sobrevolar la idea de un segundo confinamiento y la sociedad continúa en alerta por las consecuencias que traería volver a estar encerrados en casa. De nuevo solo se podría salir para circunstancias justificadas y esenciales, volverían las videollamadas, posiblemente los aplausos en los balcones y puede que se volverían a agotar las existencias de harina y papel higiénico en los supermercados. Los expertos en psicología han avisado en varias ocasiones que debemos estar preparados para afrontar otro confinamiento y han explicado qué tendríamos que hacer para que ese encierro resultara satisfactorio y beneficioso. Carla Morales, psicóloga del Centro de Investigación y Terapia del Comportamiento (ITEC), señala en la Cadena Ser que un segundo confinamiento afectaría de forma muy diferente a cada persona. “No es lo mismo afrontar un confinamiento en un lugar agradable y tranquilo que hacerlo en otro que no lo sea, con problemas laborales o económicos, hacerlo con hijos o sin ellos, con compañía o solos”, señala.
Niños, desempleados y personas que viven solas, los más afectados
Los psicólogos apuntan que las personas más vulnerables para afrontar un segundo confinamiento son los niños, las personas que viven solas o las que tienen incertidumbre con el trabajo. Los niños ya fueron los que más sufrieron en marzo y abril y fueron los primeros que pudieron salir a la calle a dar un pase. Las personas que viven solas perderían su capacidad de socialización y ésta se limitaría a las videollamadas y un nuevo confinamiento volvería a afectar a multitud de trabajadores que pueden volver a verse inmersos en un ERTE.
Lo que sí matizan los expertos es que el confinamiento vivido en primavera sí que serviría a la ciudadanía como experiencia porque sabríamos qué es lo que peor llevamos y qué aspectos podríamos mejorar. “Lo relevante es saber qué hemos hecho en el pasado confinamiento y tratar de cambiar las conductas pasadas para lograr estar bien. Es fundamental analizar las conductas que no nos han funcionado o qué sí para pasar un encierro satisfactorio”, abunda Carla Morales.
Un segundo confinamiento puede ser crítico
En definitiva, un segundo confinamiento contaría con la experiencia previa que ya hemos tenido, pero el riesgo que existe está ahí y las secuelas psicológicas que puede ocasionar tienen preocupado al mundo de la psicología. A pesar de la gran capacidad de adaptación mostrada por la sociedad española, un segundo confinamiento puede ser crítico. Evitarlo con las medidas de prevención e higiene es primordial.