Llega agosto, inmersos en pleno verano con estos intensos días de calor en nuestro país, en nuestra comunidad y en especial en nuestra querida ciudad.
Son estos días en los que debéis extremar los cuidados de vuestros bebés al respecto, porque los más pequeños son los más vulnerables a las altas temperaturas, por eso es importante tomar precauciones para evitar entre otros problemas la deshidratación o un golpe de calor.
Debes saber, que aunque puedes ofrecerle mínimas cantidades de agua extra al bebé durante los seis primeros meses de vida, no sería necesario, tanto si toman lactancia materna exclusiva como si se alimentan con lactancia artificial.
Si toma leche materna, aumentaremos el número de las tomas. Ofrecerás el pecho más frecuentemente.
Y si se alimenta con leche artificial, la cantidad de agua que ingiere en cada biberón preparado es suficiente para evitar la deshidratación.
Estas pequeñas cantidades de agua nunca deben sustituir a una toma parcial o completa, sería más bien si nos encontramos en una situación extrema de calor como la que estamos viviendo estos días y notamos que el bebé está acalorado y molesto. Le refrescaríamos también por fuera con un poco de agua por los brazos, las piernas, cabeza y la nuca, que es por donde los bebés suelen sudar más.
Si hemos decidido escaparnos unos días a la playa o acudimos a disfrutar de la piscina, debemos mantener al bebé el máximo tiempo a la sombra.
No es muy aconsejable antes de los seis meses bañar a un bebé en el mar o en la piscina, ya que su piel es muy sensible, tanto al salitre como al cloro y puede desencadenar una reacción de la piel.
En las horas de más calor permanece con tu bebé en un lugar fresco.
Es mejor no exponer al bebé al sol, pero si lo haces que sea tapado o con cremas adecuadas, además de gafas, gorro o sombrero que le proteja de los rayos de sol en la cabeza.
Ponle prendas de ropa de tejidos ligeros y transpirables.
Si a pesar de todo, observas en tu bebé un comportamiento extraño, debes saber identificar si existen signos de:
DESHIDRATACIÓN
Si el bebé orina menos de lo normal (y lo normal es mojar el pañal cada 3 horas aproximadamente).
Si está menos activo y más dormido de lo habitual.
Si tiene los ojos hundidos y/o las mucosas secas (boca pastosa, sin apenas saliva).
Si llora sin lágrimas.
GOLPE DE CALOR
Pulso más acelerado de lo normal (+140 latidos por minuto).
Bebé mareado, con náuseas, e incluso puede haber una pérdida de consciencia.
Piel seca, enrojecida y caliente.
Temperatura corporal mayor de 39º.
EN ESTOS CASOS ES NECESARIO ACUDIR A UN PEDIATRA DE INMEDIATO
Espero que con estos consejos todos los papás y sus recién nacidos minimicen los riesgos de deshidratación y golpe de calor, dos de las consultas más frecuentes en pediatría durante las etapas estivales.