El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, abrirá el Año Jubilar Guadalupense, que se celebra bajo el lema 'Y desde aquella hora la acogió en su casa' --con el que se quiere invitar a todos los peregrinos a acoger a María--, el día 2 de agosto con una celebración eucarística en el monasterio extremeño a partir de las 12.00 horas. El Año Santo Guadalupense se festeja cada vez que el 6 de septiembre cae en domingo, algo que sucede durante 14 veces cada siglo. Aunque la celebración popular es el 8 de septiembre, la fiesta litúrgica se celebra el día 6, tal como determinó el Papa Pío X. Con ocasión de este jubileo, el arzobispo de Toledo y los obispos de las tres diócesis extremeñas han anunciado una carta pastoral conjunta, que será difundida próximamente. Precisamente, esta semana se constituyó en el salón de Concilios del Arzobispado de Toledo la Comisión Diocesana con motivo del Año Jubilar Guadalupense, que comenzará el 2 de agosto, fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles de la Porciúncula.
Esta comisión tiene como objetivo colaborar con la constituida en Guadalupe para difundir y promover los actos que se celebrarán en la villa extremeña con ocasión de Año Jubilar. Según el arzobispo, la Comisión trata de contribuir a que el Año Jubilar tenga una proyección exterior, complementándose así la labor que desde Guadalupe se desarrolle en orden a favorecer las visitas de los peregrinos, con ocasión de este jubileo, según la información de la publicación Padre Nuestro, recogida por Europa Press.
INDULGENCIAS
Fue el Papa Juan Pablo II quien en un rescripto de la Penitenciaría Apostólica, de 29 de enero de 2003, concedió las Indulgencias en el Año Jubilar Guadalupense, con ocasión del 75 Aniversario de la Coronación de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Dos años más tarde, el 25 de enero de 2005, el mismo Papa concedió la celebración de un Año Jubilar en Guadalupe, cada vez que la solemnidad litúrgica de la Santísima Virgen de Guadalupe, el día 6 de septiembre, caiga en domingo.
El primer año jubilar de Guadalupe fue establecido por el Papa Paulo III en 1536 y desde entonces solo se había celebrado en ocasiones excepcionales. El santuario de Guadalupe --que pertenece a la Archidiócesis de Toledo-- acoge todos los años a numerosos peregrinos que acuden hasta la villa de las Villuercas extremeñas a venerar a la Madre de Dios. Durante la celebración del Año Jubilar, es costumbre atravesar la Puerta Santa de la basílica y tocar las piedras que están a la entrada, en la nave de Santa Ana que, según la tradición, cubrió a la imagen durante siete siglos, tras haber sido sepultada para protegerla de la invasión árabe en el año 714.