El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reclamado este domingo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la convocatoria de un Consejo de Política Fiscal y Financiera para "ajustar condiciones" para las comunidades autónomas, toda vez que ve "muy difícil" ponerse a trabajar "en un modelo definitivo" de financiación autonómica. Así se lo ha trasladado el líder del Ejecutivo regional al presidente del Gobierno en su turno de palabra durante la videoconferencia de presidentes autonómicos, donde ha reconocido estar "menos contento" de lo que estaba al principio en cuanto a la decisión del reparto de los 16.000 millones de euros entre autonomías. "Vamos cambiando los criterios en función del cupo y de cómo nos sale a cada uno la cuenta.
A lo mejor para la recuperación en vez de los ingresos ya no va a ser tan determinante la población", ha apuntado, según han indicado a Europa Press fuentes del Gobierno autonómico. Sobre los 2.000 millones de euros destinados a comunidades autónomas para gasto educativo, ha vuelto a insistir en que cubrir este servicio básico no se hace de la misma manera en zonas con dispersión de población como Castilla-La Mancha, donde hay que mantener el servicio para menos alumnos que además tienen que recorrer muchos kilómetros entre poblaciones distintas para ir a clase. En todo caso, sí ha reconocido el "esfuerzo" del Ministerio de Educación por "ir aproximándose a las comunidades autónomas" en los últimos días. Así, ha resaltado la dificultad de gestionar la educación en regiones grandes "con mucho transporte escolar y muchas aulas", por lo que ha pedido "un poco más de flexibilidad para no tener dificultades añadidas" en cuanto a los parámetros para volver a clase.
RECLAMA "MODERACIÓN" A LOS DIRIGENTES
Posteriormente, en rueda de prensa para dar cuenta de esta reunión, García-Page ha valorado que en las 14 videoconferencias con el Estado, todos los presidentes autonómicos se han "tratado de tú a tú" y, aún siendo de un partido u otro, todos han puesto "por delante el interés global, humano, a cualquier ideología". Ha asegurado que no ha apreciado en ningún responsable autonómico ni del Estado "que hayan abordado esta crisis con mala intención o que se hayan escondido detrás del papá Estado" y por eso ha deseado que España "no se vea en un proceso de criminalización y menos entre la clase política". Según ha confesado, aunque las distintas regiones podrían haberse quedado confinadas políticamente hablando, estas han sido las semanas "en las que más hemos trabajado, con más dureza y dolor".
De ahí que haya reclamado de la sociedad española pero también de su clase dirigente "mucha moderación" y que "no queden las buenas palabras para las conferencias y luego sea lo contrario", y luego haya "un 'navajeo' en el punto de vista político", confiando en que a partir de ahora "no haya malas prácticas". En último término y consciente de que "este mundo está preparado para todo menos para lo que no conoce", como ha evidenciado la pandemia, ha expresado su optimismo para que "entre todos consigamos una vacuna", seguro de que quien la descubra "no le pondrá patente" y será "para el mundo entero y con criterio universal".