El inicio de la crisis del COVID-19 y las medidas excepcionales decretadas por la entrada en vigor del estado de alarma, con la paralización de toda actividad no esencial, ha marcado la evolución de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de este año, que refleja una subida del paro y una caída en la ocupación en Castilla-La Mancha, en consonancia con el comportamiento generalizado para el conjunto del país. La EPA del primer trimestre del año, publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), depara un incremento en el desempleo de 13.500 personas en nuestra región, y una caída de la ocupación de 23.300 personas, que deja la tasa de paro en el 18,11 por ciento, aunque se mantiene en el segundo registro más bajo para un primer trimestre desde el año 2008.
El inicio de la crisis del COVID-19 se ha dejado sentir en la Encuesta de Población Activa del primer trimestre del año, aunque no de manera uniforme. La metodología de la EPA, que reparte el estudio a lo largo del tercer trimestre, dificulta su uso como herramienta para medir el impacto del coronavirus en las cifras del desempleo, y evidencia desigualdades crecientes tanto entre territorios dentro de la región como en sectores productivos. Así, pese a la subida generalizada del paro en el conjunto del país y en Castilla-La Mancha, el desempleo cae en las provincias de Guadalajara y Ciudad Real, marcadas por las campañas de rebajas y agrícolas, con la recogida de la aceituna, anteriores a la crisis sanitaria; y también refleja un impacto desigual entre sectores, con una subida en la ocupación en la agricultura y una fuerte caída de ocupados en el sector servicios.
Así, el desempleo en la región creció en 13.500 personas en el primer trimestre del año, que se cerró con 177.100 personas en situación de desempleo. Entre enero y marzo, además, cayó la ocupación en un 2,83 por ciento, lo que coloca el número de ocupados en 800.900 personas en Castilla-La Mancha en un trimestre también marcado por una ligera caída (-0,99 por ciento) en la población activa, que se sitúa en la región en 978.000 personas. De esta forma, la tasa de paro sube en la región en 1,55 puntos con respecto al trimestre anterior y alcanza el 18,11 por ciento, una cifra que, aunque supone un incremento también en términos interanuales, supone la segunda tasa de paro más baja un primer trimestre del año para Castilla-La Mancha desde el año 2008.
COVID-19 Y ESTADO DE ALARMA
La extensión de la encuesta y la llegada del COVID-19 y las medidas excepcionales de paralización de la actividad productiva y en el sector servicios por el estado de alarma han hecho que el comportamiento entre provincias sea desigual.
En un trimestre marcado por el desarrollo de campañas como la recogida de la aceituna, en la agricultura, o las rebajas, en el sector servicios, hay dos provincias que cerraron el primer trimestre con un descenso del paro: Ciudad Real, muy marcada por la evolución agraria, donde el paro cayó en 1.200 personas con respecto al trimestre anterior; y Guadalajara, con un gran impacto de las rebajas en el sector servicios, y una caída del desempleo de 1.200 personas. El paro, por el contrario, subió en Albacete (un 26,5 por ciento), Cuenca (un 14,4 por ciento) y en Toledo (un 10,4 por ciento).
Esa evolución desigual en la evolución de paro en las provincias también deja huella en el comportamiento del empleo por sectores, ya que, pese a la caída generalizada en la ocupación en las diferentes actividades productivas, el descenso se centra en el sector servicios, con una disminución del 14,9 por ciento; y el empleo crece sin embargo en la agricultura, con 2.100 personas ocupadas más que en el trimestre anterior, un 2,1 por ciento.
En términos interanuales, el primer trimestre de 2020 muestra una evolución negativa para la región, con un incremento del paro, en un 14,32 por ciento con respecto al periodo entre enero y marzo de 2019, que fue el mejor de los últimos doce años en la serie histórica, y una caída en la ocupación del 3,45 por ciento.
La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ha reconocido que la de hoy es “una EPA compleja de analizar, porque hace referencia a 13 semanas y el impacto del COVID-19 se da solo en las dos últimas”, y ha recordado que la Encuesta de Población Activa “tiene tradicionalmente un comportamiento negativo en el primer trimestre del año en la región, comportamiento que se ve acentuado en esta ocasión por la crisis del coronavirus”. En cualquier caso, Patricia Franco ha remarcado que los resultados de la EPA “refuerzan la idea que tenemos de trabajar en las medidas que fortalezcan el empleo en Castilla-La Mancha”. “Es difícil adivinar, basándonos solo en esta EPA, cómo será la evolución en el empleo del COVID-19, pero sí que dibuja el escenario sobre el que debemos trabajar al máximo para paliar sus efectos en el mercado laboral”, ha finalizado la consejera.