Esta lucha sin cuartel para hallar cura, tratamiento o vacuna contra el COVID-19 está mostrándonos muchos héroes que parecían ocultos a nuestros ojos y que han aflorado mostrando su conocimiento, solidaridad, compromiso, capacidad de superación e ingenio en momentos realmente difíciles.
Ese es el caso de un talaverano, el investigador José Manuel Bautista que –desde su cátedra de Biología Molecular de la Universidad Complutense– ha involucrado además de los grupos de investigación de las facultades de Ciencias Biológicas y Veterinaria, a los de Medicina, Óptica, SALUVET Innova, y el CAI de Técnicas Biológicas, del CIEMAT, uniendo de esta forma sus recursos científicos en la detección del coronavirus bajo la tutela y soporte del Instituto de Salud Carlos III.
Todo surgió, según nos ha contado nuestro paisano a La Voz del Tajo, “mediante un simple tuit el pasado 14 de marzo pidiendo la implicación de los laboratorios universitarios ante la necesidad evidente de una mayor agilidad en el diagnóstico del COVID-19”.
Planteó la posibilidad de utilizar los recursos de la Universidad Complutense, a la que pertenece, creando una red de laboratorios y la respuesta fue inmediata e impresionante: el rector de la UCM lo apoyó desde el primer momento y después llegaría la avalancha de más de 6.000 voluntarios se han ido ofreciendo para colaborar en esta iniciativa. Todo hizo que en quince días estuvieran funcionando.
Bautista, talaverano de 60 años, que aún recuerda con cariño la ferretería Santacruz que regentaba su abuelo en la calle de San Francisco, ha conseguido que profesores como Javier Arroyo y Jesús Plá, de la Facultad de Farmacia, o Celia Sánchez Ramos, de la Facultad de Óptica y Optometría, –entre otros muchos– se integren en un engranaje perfecto pero nada sencillo.
Este gran equipo de investigadores y científicos tienen la capacidad y el equipamiento adecuado para detectar moléculas de ARN, como es este virus, y llevar a cabo análisis genéticos, que son los que hay que utilizar para detectar la presencia y la cantidad de virus.
Con la saturación de los centros médicos desde los primeros días debido al aluvión de pacientes, Bautista comenta que “los laboratorios, como es lógico, se vieron desbordados y ésa fue otra de las razones por las que nos pusimos en marcha, porque había que dar una respuesta ágil y organizada en el análisis de pruebas, más aún teniendo en cuenta la cantidad de colectivos de riesgo”.
De esta manera, su trabajo está siendo especialmente efectivo en las pruebas procedentes de las residencias de ancianos –sólo en la Comunidad de Madrid hay 500– las cuales constituyen un conglomerado de pacientes de riesgo que no están en los hospitales y “al que es necesario proporcionar una respuesta rápida para evitar contagios”, asegura José Manuel.
En el video que les ofrecemos junto a estas líneas Bautista afirma, además, algo muy importante y es que “estamos en condiciones de intentar desarrollar un kit de detección del virus mucho más rápido, eliminando el paso de aislamiento de RNA que está resultando un cuello de botella por los suministros internacionales”.
Tal es la excelencia del método de trabajo y su resultado que por la labor del equipo de este talaverano ya se han interesado otras universidades como la del País Vasco, la Universidad de Ecuador, la de León o la de Alcalá de Henares para solicitar su consejo y apoyo de cara a potenciar la agilidad en el análisis de muestras y, consecuentemente, luchar con más eficacia contra esta pandemia.
Apuntar, también, que VISAVET (Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria) es el punto de recepción de muestras centralizado en la Universidad Complutense de Madrid al tiempo que realizará el primer paso del procedimiento del análisis en sus instalaciones de contención biológica. Las muestras que se analizan llegan al centro solo a través de los canales habilitados por las autoridades sanitarias.
Ayer mismo, 7 de abril, la UCM publicaba un video donde explica todo el proceso de este proyecto transversal llevado a cabo y que ya está funcionando.
A la vista de todo este magnífico proyecto, sólo cabe –desde la Ciudad de la Cerámica– enorgullecerse por el impresionante trabajo de nuestro paisano José Manuel Bautista a quien no podemos sino enviar nuestra más sincera felicitación por su trabajo y por poner de manifiesto, una vez más, el talento talaverano.
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