Hablando claro

La semana pasada este semanario junto a la Cadena Ser de Talavera desarrollan el primer encuentro titulado ‘Ser la Voz’, que tuvo como protagonista al presidente de los empresarios de Toledo y a los de toda la región. Ángel Nicolás expuso sus ideas en la línea en que viene haciéndolo habitualmente, sin cortarse un pelo pero sin faltar a nadie ni a nada, y mucho menos a la verdad. Es cierto que la opinión siempre está revestida de subjetividad, pero ésta fue una de esas ocasiones en que la evidencia hablaba por sí sola. Desgranó el panorama económico y financiero de la actualidad, alejando hasta el año 2012 la posibilidad de que nuestro país comience a remontar el vuelo y comparando nuestro caso con el de Alemania, un estado azotado también por una crisis global que está creciendo ya en torno a un cinco por ciento (y nosotros apenas superamos el uno por ciento). Y es que Angela Merkel, esa mujer con apariencia de dama de hierro, puso firme el sistema y ha remontado el vuelo como el ave fénix. Otros como nosotros, todavía estamos llenando titulares en los periódicos con medidas provisionales, planes laborales que sirven como parches a parados de media y larga duración, cierres de empresas y, lo que es peor, sembrando mucha duda y desconfianza. Pero es que no estamos respirando otra cosa en el ambiente. En su elocución, Nicolás habló de una improvisada y mal ubicada en tiempo y espacio reforma de la Ley del Suelo, de las ayudas del Estado a las entidades financieras y el abandono al que ha sometido al empresariado. Sobre todo dijo una verdad como un templo, y es que un lunes estaban sin terminar de reconocer que estábamos atravesando una crisis ‘gorda’ y un martes ya se hablaba de unos brotes verdes que deben estar en barbecho, porque no los hemos terminado de ver aún. No doy nombres porque no soy amigo de arremeter contra partidos, ni de generalizar, por eso no voy a quedarme con ese titular de que a los dos días de irse Zapatero se acabará la crisis. Todavía está a tiempo de enmendar muchos errores y de dar la vuelta a la tortilla, así como también puedo reconocer dentro de algo más de un año que ese titular debe enmarcarse para la posteridad.