Cui bono

Es un término en Derecho Romano que se podría traducir ‘¿a quién beneficia?’. También se puede utilizar similarmente ‘Cui prodest’. Aunque nos parezca extraño, el actual signo de interrogación tiene sólo cinco siglos de existencia. En latín se usaba al final de una frase la palabra ‘questio’ (‘pregunto’) para expresar que era interrogativa.
Dicho esto y dada la agitadísima legislatura que nos espera en el futuro, lanzaría un ‘Cui bono’ a nuestro presidente del Gobierno. ¿A quién beneficia este ejecutivo sustentado por partidos que odian pertenecer a España?
Existe otro término del Derecho Romano llamativo: ‘quid pro quo’. Llanamente se podría traducir como ‘qué a cambio de qué’, es decir, algo así como ‘qué me das a cambio’.
Pedro Sánchez está aplicando esas dos expresiones de las cuales forma parte el Derecho actual, recogido del Romano. ¿A quienes beneficia la necesidad de los votos alcanzados para su investidura? Obvio y cristalino. Cesiones y más cesiones a los nacionalismos.
Bien, ya esta claro el ‘Cui bono’.
¿Y el ‘quid pro quo’? Lo mismo. El máximo mandatario de España cede, a cambio de apoyos legislativos, competencias a las autonomías con gobiernos nacionalistas e/o independentistas. Y luego se escandalizan de que Vox suba como la espuma.
No quisiera que esto se interpretase como una diatriba contra el presidente Sánchez. Pero sí como una reflexión de que es, de lejos, el peor presidente que he conocido en nuestra aún joven democracia. Y que se cuestione la Transición española por parte de quien no tenía ni pajolera idea, bien por edad o bien porque ni siquiera había nacido, es simplemente una ofensa. Poder ver a La Pasionaria, Santiago Carrillo y Blas Piñar en el hemiciclo del Congreso en esa etapa fue el garante de que había una posibilidad de reconciliar definitivamente el país.
Ahora ya no sé si ese esfuerzo y sacrificio de reconciliación han servido para algo, Porque hay un momento en el que aquellos políticos tan distantes en su ideología pensaron que un ‘basta ya’ era mejor que retornar a las trincheras.
Y mientras existan las dudas del ‘quid pro quo’ que ha pactado Sánchez, menos aún.
Se lo diré claro, pero en latín, presidente: ‘Cui bono, questio’, Pedro Sánchez.
Puede incluirlo en su próxima tesis o libro.