La repetición de las elecciones generales el pasado 10 de noviembre no ha dejado contento a nadie. De hecho, ya anunciaba en nuestra edición digital –antes de la celebración de los comicios– que “habíamos perdido todos” pero principalmente los españoles de a pie que sufrimos los vaivenes de las decisiones o indecisiones gubernamentales en la mayor de las medidas.
Para los que se dedican ‘profesionalmente’ a la política, esta campaña y la pasada por las urnas no ha sido sino un impás en su devenir diario. Eso sí, para unos más que para otros, porque el batacazo de Ciudadanos ha sido tan sonoro que su líder, un ‘demasiado cambiante’ Albert Rivera, ha visto precipitada su salida del mundo público de una forma definitiva.
Cuento aparte es el ‘inflado’ de VOX. El mordisco a Cs y el tapón a las aspiraciones del PP (donde las guerras intestinas persisten) por sobrepasar los 100 escaños puede ser momentáneo pero no es baladí pensar que su ascenso preocupa a más de uno por, sobre todo, la radicalidad de su mensaje que –siendo sinceros– no deja de ser lo que la gente quiere escuchar sin demasiadas bases más que ‘la revolución por la derecha’.
Unidas Podemos ha podido resistir la caída –la segunda en dos elecciones seguidas– para darse cuenta que por el camino de la otra revolución –“la de la izquierda”– no consigue nada más que falta de credibilidad en la calle.
Sólo les ha quedado el clavo ardiendo de asociarse al PSOE de Pedro Sánchez para mantenerse en la pomada y alcanzar poder. Esta última circunstancia, con el radical cambio de parecer por parte del Presidente del Gobierno en funciones, o está muy calculada o más puede dar la impresión de que se asemeja a un tiro en el pie. Queda la pleitesía para saber de qué es capaz.
Lo que es incontestable, y brilla en esta cita electoral, es la llegada de la agrupación de electores ‘Teruel Existe’ al Congreso y al Senado. Esa, para mí, sí puede considerarse una auténtica revolución que empieza por ‘T’ de Teruel, la misma letra que encabeza el nombre de Talavera de la Reina y que, de darse la alineación planetaria exacta, podría ser el origen de más de un dolor de cabeza a los actuales partidos políticos. Con un panorama donde un solo diputado pesa tanto, ¿qué ocurriría si apareciese “Talavera Existe”?