La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Toledo ha pedido a la Subdelegación del Gobierno en Toledo que intensifique la vigilancia de la Guardia Civil en la comarca de los Montes de Toledo ante los robos en empresas oleícolas acaecidos en la última semana. Así mismo, la organización agraria quiere alertar a las cooperativas y fábricas agroalimentarias de la provincia, especialmente a las de la zona afectada, para que estén vigilantes, con el fin de prevenir hechos similares en sus instalaciones.
La semana pasada, la orujera Aceites Murga de Los Navalmorales y la cooperativa oleícola San Miguel Arcángel de Navahermosa eran víctimas de sendos robos en sus instalaciones de las que se ha sustraído todo el cableado de cobre.
En la madrugada del sábado, robaban en la cooperativa de Navahermosa los conductos de cobre que van desde las arquetas instaladas en el patio hasta la maquinaria de la empresa oleícola. En total unos 1.000 kilos de cobre cuyo coste, reposición y arreglo de los desperfectos ocasionados se valoran en más de 30.000 euros.
Un día después, en esta localidad, también se sustraía el cobre de una fábrica de madera.
Días antes, el miércoles de madrugada, la orujera de Los Navalmorales sufría un robo similar, con el mismo modus operandi y la sustracción de toda la acometida de cobre que va desde el transformador hasta los cuadros de luz, con unas pérdidas estimadas de entre 15.000 y 20.000 euros.
Por otro lado, la otra orujera que hay en Los Navalmorales también fue víctima de robos hace poco tiempo.
Los robos se producen principalmente de madrugada y al valor de lo sustraído hay que añadir las pérdidas por los destrozos que ocasionan en las instalaciones. El plazo para reponer todo el cableado se estima en unos 15 días, dos semanas durante las cuales las empresas no podrán trabajar, si bien los daños podrían haber sido aún mayores de haberse producido durante la campaña de aceituna, que comenzará el mes que viene, ya que habrían obligado a parar toda la actividad.
ASAJA de Toledo reclama a la administración competente que controle exhaustivamente los establecimientos donde se sospeche que se puede dar salida a todo el material robado, ya que tal cantidad de cobre difícilmente puede pasar desapercibida. A este efecto, la organización agraria insiste en la necesidad de intensificar la colaboración entre comunidades autónomas pues, en la mayoría de los casos, el material sustraído en una región se vende después en otras zonas.