Sonrisa

La rutina de buscar su sonrisa se convirtió en algo imprescindible cada mañana. Buscar su foto para volver a comprobar que afortunadamente aún existían personas capaces de regalar a sus semejantes ese gesto tan sencillo cómo bello, tan natural como cada vez más infrecuente: la sonrisa.

Quizás ese deseo mio de contemplarla no fuese sino la forma contemporánea de admirar una obra de arte. Hoy para deleitarnos con una mirada, una pose, unos labios sonrientes, no se hace necesario acudir a un museo, a una galería dónde se exponen cuadros y esculturas faltos de vida. Ahora las redes sociales permiten que podamos disfrutar del ser humano real, de aquellas personas que de manera generosa comparten su belleza, su alegría, su felicidad. Las nuevas hadas.

A veces pienso si en realidad no somos sino "voyeurs" qué se deleitan en la anonimato con la observación de sus semejantes, pero no, nada más lejos de la realidad. Es simplemente el anhelo de belleza, de paz, de sinceridad, lo que me mueve a buscar su imagen en el maremagnum de la red. Cómo dejar escapar ese instante de luz, de pureza, de vida. Cómo no sentir el Sol desde dentro cada mañana.

Termino ahora de emborronar, metafóricamente, estas cuartillas, cierro la pluma y en mi sillón favorito disfruto de la suave luz del atardecer recreando en mi memoria esa sonrisa, la sonrisa, a la que he querido dedicar estas lineas. Tú sabes que me refiero a ti, por eso aprovecho también para pedírtelo: no pierdas jamás aquello de lo que podemos disfrutar, de nuevo la recuerdo, y te agradezco tu sonrisa. La de todos los que disfrutamos de la tuya.