Javier Fernández
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Esa es la palabra con la que me quedo tras haber presenciado la gala de los XI Premios Ciudad de Talavera.
Los cinco reconocimientos, como cada año, estaban muy ligados a esta tierra, era como si todas las categorías hubieran sido a la Promoción de la Identidad Local y Comarcal. Con un Joaquín Benito de Lucas de sin decir el nombre de la Ciudad de la Cerámica lo ha exportado a países que ni siquiera hemos visto en el mapa; con un Eduardo Lurueña que ha visto como un deporte minoritario vuelve a poner en el candelero de éxitos a esta cidad, una Asociación ‘San Andrés’ que evidencia el carácter solidario de nuestra gente y una cooperativa ‘San Francisco de Asís’ que muestra la riqueza del sector primario en la comarca. Y no por ser más que el resto, sino por el mensaje que dio, quiero terminar con la incombustible, polifacética y siempre radiante Marisa Esteban. Artesana, actriz, emprendedora, innovadora y muy talaverana. Tras recoger el motivo cerámico de los carneros tirando del carrito, dejó una carta con un consejo: potenciar el sentimiento de pertenencia a Talavera, sobre todo entre los habitantes más jóvenes. En muchas ocasiones se ha dicho que este semanario, casi siempre en los espacios de opinión, que los talaveranos tienen que defender y ensalzar siempre su tierra, porque con el capital humano es suficiente para superar cualquier barrera que se le ponga por delante.