Me llamo Juan Ángel Sanz Aneiros, nacido en Ferrol (A Coruña) y residente desde hace unos nueve años en el municipio toledano de Montesclaros, al que llegué por amor a una de sus vecinas, Marisa de la que cada día estoy más prendado. Le puedo decir que desde el primer día me fue cautivando más y más mi pueblo de adopción. Si digo mi pueblo, porque me siento un montesclareño más, no sólo por compartir mi día a día con una montesclareña de pro, sino también por sus paisajes espectaculares, y su excepcional gente amante de su rica historia y tradiciones. Comentarle como seguro que sabrá que tenemos a bien ser el núcleo donde salió no sólo la piedra para Cibeles y Neptuno, sino también para el monasterio de San Pedro de Alcántara, en Arenas de San Pedro, e incluso para una de las capillas de la Catedral de Toledo. Que en nuestro término hay sobre veintiún caleros, parte de los cuales se pueden contemplar en una ruta que estamos señalizando con ayuda de la Diputación, que tenemos un Rollo y una iglesia, del siglo XV, un antiguo Palacio, una ermita y una fuente de piedra que en el transcurso del año tenemos fiestas como la de San Sebastián con los bollos de la Caridad, Santa Agueda con su leño, el Domingo de Resurrección con su encuentro y la Plaza Mayor engalanada con sus trenzas de centeno y huevos, o sus fiestas de verano en honor a la Virgen de los Remedios.
Toda esta historia, tradición, paisajes, gentes… se han visto ninguneadas por el comentario de uno de sus lectores en redes, ante la noticia de que en esta localidad había ganado la derecha, llamándonos “analfabetos”, simplemente decirle que aunque soy Doctor en Humanidades, y Maestro de EGB tengo a bien ser uno de esos analfabetos que describe este señor, y que desde mi analfabetismo le invito a él, y a todo aquellas personas a visitarnos y a disfrutar de la hospitalidad de un pueblo con mucho que ofrecer, para que la próxima vez que quiera opinar lo haga con mayor información, y su comentario pueda tener algo de más base.
Sin más decirle a este señor que se considera “progue” que cualquier posición debe de ser respetada, aunque no la compartamos y que cualquier pensamiento puede ser válido si se hace desde la moderación, porque en el momento que uno utiliza la descalificación y pretende tener la verdad por encima del otro, se acerca peligrosamente a posiciones filofascistas. La democracia, no es más que el respeto al otro, y el valor de lo que quiere la mayoría, estemos o no de acuerdo. Ojalá hayamos votado acertadamente por el bien de nuestro país, que creo que al final es de lo que se trata, y sino dentro de cuatro años tendremos una oportunidad de enmendarlo.
Sin más un saludo.
Texto: Juan Ángel Sanz Aneiros