En la víspera de la fiesta en honor a la patrona de Talavera de la Reina, la Virgen del Prado, regresamos en papel para seguir poniendo el acento a la verdad de lo que pasa por estas tierras de Dios. Y aunque el verano no ha sido demasiado propicio, las fuerzas no se agotan a la hora de cantar y contar las verdades del barquero mal que les pese a los esbirros (y esbirras) escondidos detrás de un perfil de Facebook.
Resulta que el descanso estival ha dado tanto de sí como para aclarar muchas cosas (que iremos reproduciendo en estas páginas) y destapar posiciones, arrancar caretas y descubrir subterfugios que algunos creían bien escondidos y que no lo estaban tanto.
Ejemplos. El carácter momificante del alcalde talaverano Jaime Ramos sigue su recorrido por la linde del absentismo respecto a la realidad, creando un universo paralelo que ya no convence a nadie; algunos de sus ‘guardianes’ andan comprando –a mansalva– pañales para la descomposición intestinal que se les avecina, con más miedo que vergüenza. Entre otras cosas porque saben que la han liado parda y que su bisoñez política les va a pasar factura. Sus ‘jueguecitos adolescentes’ es probable que les exploten en la cara, bien sea desayunando porras con chocolate o degustando un bocadillo de jamón serrano, porque alguien estará ahí para ‘sacarles la foto’.
Pero si la ciudadanía sigue clamando soluciones que no llegan del mandatario popular talaverano también se le siguen requiriendo al socialista Page, que debe dar –de una vez– un paso adelante en la apuesta que dejó entrever por Talavera y sus tierras al comienzo de la legislatura.
Su adalid femenina más cercana a la Ciudad de la Cerámica, la consejera Agustina García, es cierto que debe atender –con fidelidad a su puesto– a toda la región pero nadie mejor que ella conoce las necesidades de Talavera de la Reina y las urgencias que conlleva.
Así las cosas, es buen momento para hacer examen de conciencia (más incluso con las elecciones a nueve meses vista) y plantearse que el maná no llueve del cielo y que la inacción lo único que hace fructificar es la frustración y la desesperanza.
Prueba de esa inacción es el doble rasero que tiene el ayuntamiento de nuestros amores y desazones, que a algunos empresarios les pide hasta la talla de los calzoncillos de sus hijos para –después– denegarles las licencias por sistema o retrasarles la posibilidad de apertura de su negocio mientras que a otros, concretamente a algún negocio pseudohostelero de la popular Corredera del Cristo, le permitió abrir las puertas como local de hostelería (con terraza incluida) a pesar de sólo contar con licencia como comercio. ¿Con algún interés?
Caso aparte es lo que ocurre con los contratos municipales, que últimamente parecen estar haciéndose a la medida del adjudicatario elegido para que ‘todo quede en casa’, nunca mejor dicho.
La vida te da sorpresas y a veces te da sorpresones. Seguiremos informando.