Cuando uno (o en esta caso una) intebta defender su postura ocultando información suele pasar que el carrito del helado se quede pequeño. Más incluso cuando se vuelve a caer en el mismo error que está adornando estos años bajo el gobierno de individuos como Jaime Ramos o María Rodríguez: la desidia y ‘el apretón del vago’, utilizando –de nuevo– el símil del mal estudiante.
La vicealcaldesa de Talavera ha querido escurrir el bulto y tachar a otros de su propia inoperancia. Tras un año durmiendo el sueño de los justos en el Ayuntamiento, el documento de planeamiento que ha de regir para modificar el POM y poder terminar la variante sur, se envió (por segunda vez) a la Junta de Comunidades y éste fue devuelto ya corregido (de nuevo) en diez días para que todo se agilizara. Lo peor es que desde el día 13 de julio entró en el Consistorio y nadie sabe dónde está. Toda la polémica que quiere suscitar está en base a datos técnicos. ¿Cabe preguntarse, entonces, que los técnicos municipales de Talavera de la Reina no se enteran de lo que va el baile? Más bien parece que le está pasando a la concejala de urbanismo lo que al pez, “muere por la boca”.
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