RETRATOS CON ALMA | La magia de ‘El Penalty’ se llama Ani

Hablar de ‘El Penalty’ es hablar de marisco, de sus inmejorables champiñones, es hablar de tertulia en buena compañía, la de sus clientes, fieles tras 47 años y la de los profesionales que cada día ponen en marcha este bar marisquería que se ha convertido en todo un referente por méritos propios.

Pero más allá de sus productos, siempre de primera calidad, -si no han ido no saben lo que se pierden-, ‘El Penalty’ es un punto de encuentro donde sus fundadores, Luis Lanchas y Ana Camacho, pusieron su alma y trajeron ese toque especial de la gastronomía del norte.

Ana, ‘Ani’ para los amigos, sabe lo que supone comenzar de cero en otra tierra. Ella y su marido abrieron este mítico establecimiento en 1972, “el 13 de mayo hará 46 años” comenta orgullosa, con una clara intención “dejar huella de calidad y trabajo bien hecho”. Un trabajo que a tenor de los resultados “siguen viniendo a nuestro local clientes de toda la vida con sus hijos y nietos. Ver como ‘El Penalty’ traspasa generaciones es todo un orgullo para nosotros”.

Con la pérdida de su marido, Ani dudó si seguir con la marisquería, “fue muy duro, sigue siendo duro hoy”, lamenta. Pero tras seis meses cerrado “encontré las fuerzas para necesarias

para continuar nuestro sueño”. Esta nueva etapa no hubiese sido posible sin el apoyo incondicional de su hija y sus trabajadores, en especial de Arturo cocinero y socio de Ani. “Pocas empresas pueden decir que su clientela es fiel y que sus trabajadores, nuestro equipo también lo es. Muchos llevan conmigo desde el minuto uno”, afirma orgullosa y emocionada.

‘El Penalty’ es más que una marisquería. “Hoy somos lo que somos gracias a Luis. Todavía hoy sigue viniendo gente diciendo que sienten a mi marido en el local. Es como si nos diese la bienvenida, aseguran”, explica una emocionada Ani. “Eso no tiene precio. La gente no le olvida de él, el alma de ‘El Penalty’. Por eso tenemos una relación especial con cada una de las personas que entra aquí, se tomen unos champiñones o una mariscada. Cuando entran ya forman parte de la familia de ‘El Penalty’. Es algo mágico”.

La magia, Ani, es crear de la nada un lugar donde charlar, reír, llorar, emocionarse, pasar el rato en buena compañía, y claro está, degustar la gastronomía del norte y el mejor ma- risco. La magia de ‘El Penalty’ se llama Ani.

Fotos: Valeria Cassina