Leonora Antonia Valdés y su hija María Vicenta Barruso fueron retratadas por Goya en 1805, en dos lienzos de idéntico tamaño . En algún lugar desconocido de Londres ,y en manos de su afortunado propietario , cuelgan estos dos cuadros: uno de la asturiana Leonora Antonia Valdés y, otro, de su hija María Vicenta Barruso Valdés, con 15 años, que nació en 1790 en Talavera de la Reina ( Toledo). María Vicenta la única persona de Talavera retratada por Goya. Y eso ya merecería el nombre de una calle. Ahí lo dejo.
El padre de la efigiada, y comerciante riojano , Salvador Barruso Ybarreta, no era cualquiera. Pertenecía a la nobleza y ,al parecer, llegó a Talavera de la Reina haciendo negocios con la Real Fábrica de Seda de Talavera. Y no sólo eso, sino que era propietario de una tienda de ropas, y propietario de algunas tierras: un olivar y una viña . También era representante en las Antiguas Tierras de Talavera del Banco de San Carlos, origen del que andando el tiempo sería el Banco de España; por ello cobraba comisiones ,entre otros, de la Real Compañía de Filipinas, de la Real Caja de Amortización y del Banco Nacional.
Y por si andaban faltos de recursos Salvador Barruso fue el administrador del Conde de Reparaz: Juan Bautista Uztáriz. Éste, un rico y hacendado burgués de origen navarro asentado en Cádiz quien , a través de una sociedad, explotaba la Real Fábrica de Seda de Talavera para ,principalmente, hacer negocio con América. El conde de Reparaz se declaró en quiebra, y para pagar las deudas, entregó todas sus propiedades de las fincas de Talavera de la Reina y se comprometió a sembrar 100.000 pies de olivos. Adjunto un mapa de la época hecho a mano y de autor desconocido donde constan las extensas propiedades del conde en Talavera de la Reina
María Vicenta Barruso no sobrevivió muchos años, y se casó con un militar en 1807 y, dos años después, en 1809 murió dejando huérfano a un niño de apenas dos años . Este niño murió en 1860 , y con su muerte los cuadros de su abuela y de su madre salieron a la venta, ya nunca más regresaron a Talavera de la Reina; desde entonces reposan en un lugar indeterminado de la ciudad del Támesis. Estoy convencido que debe existir también algún retrato del padre Don Salvador Barruso.
Siempre he defendido que Goya estuvo estrechamente ligado a Talavera. En los archivos del Ayuntamiento de Talavera de la Reina consta el encargo de una pintura del busto del Rey Fernando VII que la Junta de Gobierno hizo el 16 de agosto de 1808. A tal efecto, el día 26 de agosto del mismo año comisionó a Don José Acereda y Torres –mayordomo de la ermita de Nuestra Señora del Prado- para efectuar el encargo de la pintura. El 7 de septiembre de 1808 el retrato de Goya fue remitido a Talavera de la Reina desde Madrid por la sociedad Galarza y Coicoechea, mercantil que regentaba el consuegro de Goya. El 17 de septiembre de aquel mismo año José de Acereda y Torres presentó a la Junta talaverana el retrato del monarca; el importe total del retrato ,incluyendo transporte, asciende a 3476 reales, recibo firmado de puño y letra por el mismísimo Goya y cuyo original custodia actualmente el Archivo Municipal de Talavera de la Reina. El retrato se colocó bajo el dosel del Ayuntamiento y a partir de esa fecha no hemos vuelto a saber nada del mismo.
Por otra parte, Goya pasó los veranos de 1783 y 1784 en el Palacio de la Mosquera de Arenas de San Pedro formando parte de la pequeña corte del Infante Don Luis de Borbón. Seguramente debió estar en el Palacio de Velada, localidad próxima a Talavera, donde nacieron María Teresa y María Luisa Borbón de Vallabriga, hijas del Infante Don Luis. Es necesario recordar que Talavera fue la primera opción de residencia que estableció el rey Carlos III para su hermano el Don Luis Infante y su esposa María Teresa de Vallabriga, al final esta opción se descartó y el matriminio acabó residiendo en Cadalso de los Vidrios, Boadilla, Velada y Arenas de San Pedro . Baste recordar que el Camino Real comunicaba Madrid ( donde residía Goya) con Arenas de San Pedro atravesando Talavera, ciudad en aquella época plagada de mesones (de ahí la calle Mesones) y posadas para atender a los viajeros que pernoctaban y descansaban camino de Extremadura o de Arenas de San Pedro. En el segundo viaje a Arenas de San Pedro , realizado en septiembre de 1784, a Goya lo acompañaba su mujer , Josefa, embarazada de 6 meses de su hijo Javier ( nacería el 2 de diciembre de 1784); por lo que resulta más que probable que ,ante tal situación y dada la dureza de un viaje en carruaje tirado por caballos o mulas, descansaran en Talavera antes de seguir su ruta hasta Arenas de San Pedro (Avila). No me imagino a una mujer en ese avanzado estado de gestación hacerse de un tirón Madrid -Arenas de San Pedro por esos caminos de Dios.
Con el devenir de los años estoy seguro que aparecerán nuevos datos y documentos de la relación de Goya con Talavera de la Reina.
Goya se rodeó siempre de importantes y acaudalados mecenas, así como de la flor y nata de las personas y familias que manejaban la sociedad de aquella época. Desde una familia humilde y trabajadora ascendió socialmente hasta lo más alto; apenas tenía 40 años y ya estaba en el circulo de poder de la España borbónica de finales del XVIII y principios del XIX. Su genialidad, laboriosidad y espíritu inquieto e inconformista le abrieron todas las puertas.
Texto: Javier Gallego