El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha afirmado que hablar bien de la Universidad regional es una "obligación" y que son los auditores “y eventualmente el Tribunal de Cuentas” quienes deben encargarse de este asunto.
García-Page ha recordado que su Gobierno ha incrementado un dieciséis por ciento el presupuesto de la Universidad, “por encima incluso de lo que crece el presupuesto educativo”.
No obstante, ha recordado que las universidades “viven de su prestigio”, y es por ello que la primera obligación para con la Universidad regional es “hablar bien de ella, sobre todo los que viven de y en la Universidad”, pues corremos el riesgo de sufrir un éxodo de alumnos “si los padres que están pensando dónde llevar a sus hijos, tienen miedo de hacerlo en la Universidad de Castilla-La Mancha”.
Asimismo, ha mostrado su confianza en esta institución que, con ayuda de los contribuyentes y, si es necesario, con un “ejercicio extraordinario” de rescate, “saldrá del bache que algunos están poniendo de manifiesto y tendrá un esperanzador futuro”, ha augurado.