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Jáuregui, acompañado por Camacho, contestó a las preguntas de militantes y simpatizante en el 'Rafael Morales'. (Foto: J.F.) |
El ministro Jáuregui señala que Zapatero dejará como legado el final del terrorismo en España
El ministro de presidencia hizo autocrítica asegurando que “el error fue no reclamar apoyo al pueblo ante una crisis que iba a ser larga y dura en el año 2008”, con la caída de Lehman Brothers.
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, mantuvo un encuentro con militantes y ciudadanos en el Centro Cultural ‘Rafael Morales’ donde estuvo acompañado por el senador José Miguel Camacho. Antes de atender las preguntas de los espectadores, Jáuregui habló del “fondo democrático” que ha tenido la acción política del todavía presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, trayendo las tropas de Irak o haciendo crecer los derechos sociales en cuenta a pensiones no contributivas, la Ley de Dependencia y no bajar de los límites de calidad en Sanidad y Educación. El ministro no se olvidó del gran papel que ha jugado la política interna de su partido en el final del terrorismo, “un legado que dejará el presidente, aunque todavía quede mucho por hacer”.
Jáuregui reconoció que quizá su principal error fue no decir a los ciudadanos que “necesitábamos su apoyo ante una crisis que iba a ser larga y dura en el año 2008”.
En estos años, continuó, “se han reducido los ingresos, la crisis del euro ha crecido y se ha impuesto una política muy restrictiva en el crédito”. Por lo tanto, el ministro apostó por reestructurar el sistema bancario y de cajas para sanearlo y realizar “reformas laborales que mejoren la competitividad”. El ministro de Presidencia se refirió al PP diciendo que “esto no lo va a arreglar un partido que asegura que bajará los impuestos porque cuando no crece la economía no hay ingresos”. Por eso, otra solución la basó en la apuesta por el tejido industrial, como el automovilístico, el textil, el ferroviario o el turístico para ser “un país más competitivo”. “Ser más baratos es una apuesta equivocada”, alegó.