Mentiras y silencios

Aún así, hubo una persona, que no sé cómo calificar sin parecer brusco, que puso el grito en el cielo y le acusó de todo lo habido y por haber. Hoy, a pesar de ser vocera de sus gaviotas regionales, no dice ni pio ante las contrataciones y designaciones digitales que se están haciendo en su entorno político y en torno a importantes personalidades del PP de Talavera. A saber: una hermana como directora de una residencia por aquí, un chofer particular por allá, un listado restringido y afín de abogados por acullá, etc . etc. Y no digo yo que sea ilegal o ilícito, pero vamos, que si seguimos la doctrina de aquella inefable vocinglera y su séquito de adeptos, habría que ir preparando autos sacramentales en la plaza del Pan. Pero si algo me extraña sobremanera es cómo los medios de comunicación, esos adalides de la ética periodística que anteponen la información y la verdad a cualquier otra cosa, no dicen nada de nada, y más bien son condescendientes, sumisos y obedientes. Aquellos titulares contra cualquier cosa que hiciera el gobierno socialista y que no le entrase por el ojito derecho al director o directora de turno, se convertía en un cúmulo de denuncias y sospechas que imponía duros editoriales y continuos ataques, incluso personales. Hoy todo es de color malva y esponjoso. Se da grandes coberturas a paseantes y a sus ocurrencias de taberna; se halaga la labor estulta de quien atisba tener un poco de mano o poder, y se calla de forma canalla ante las mentiras y los desmanes: ¿algún periodista ha ido, por ejemplo, a la Escuela Oficial de idiomas, que es la que mejor conozco, para ver cuán mentira es lo que han dicho los dirigentes populacheros sobre los recortes bestiales en educación? ¿Alguno ha preguntado sobre lo que han pagado los comerciantes del mercadillo ferial del Prado y a quien se lo han pagado? ¿Alguien se ha interesado sobre las contrataciones de la Diputación y sus responsables? ¿Alguien se ha preocupado de porqué la Junta no paga a los ayuntamientos todo lo que se les debe igual que se han preocupado de ver si han presentado o no las cuentas? Admito que me digan que tienen que defender su pan, pero que no me vendan nunca, pero nunca, esa mentira de la ética periodística, de la verdad y de la información seria, responsable y demostrable. Si nos vendemos por la publicidad institucional, no somos periodistas, es así fácil.