Innumerables son los desperfectos que contienen algunas de las calles de nuestra ciudad que dificultan la convivencia entre los residentes de las viviendas colindantes y el tránsito de éstas. Es el caso de la Plaza del Reloj y la calle Corredera del Cristo, en cuyo centro de la conocida plaza deberían haber unas plantas de adornación, cuya ausencia ha sido resuelta con arena que es utilizada como cenicero o incluso como una ‘zona de mascotas’, donde los animales hacen sus necesidades y muchos de sus dueños ni siquiera recogen sus deposiciones, en detrimento de la plaza. Además, la falta de señalización dificulta en especial esta zona, pues tras las obras que se realizaron en la plaza y en la calle Corredera, las señales han desaparecido casi por completo, a excepción de una que explica que los peatones tienen preferencia. Eso sí, no explica dónde se tiene dicha prioridad ni está debidamente señalizada, pues por no tener, no tiene ni paso de peatones. En este mismo emplazamiento, encontramos la famosa ‘pérgola de metal’, junto a Correos, que después de su coste y de su poco aprovechamiento, se encuentra en mal estado debido a un incidente con un camión que abolló parte de su estructura, la cual tampoco ha sido subsanada. Y, por si fuera poco, las ‘tiras metálicas’ que están situadas en el suelo parecen badenes para tanques militares, dado que su uso lo único que facilita es el deterioro de los vehículos que circulan por esta misma calle. Si seguimos por la calle Corredera, nos encontramos con más desperfectos y más desidia. La travesía tiene una serie de bolardos de los que ya se han recibido quejas y algún que otro vehículo, se ha llevado por delante parte de este mobiliario urbano, como se pueden ver en las imágenes, el perjudicado fue el medio de transporte y no el bolardo, cuya función se supone es no entorpecer el paso o diferenciar las diferentes vías. Otro ejemplo es la Plaza ‘El Salvador’. Los jardines que adornan este encuadre reciben correctamente su dosis de riego todos los días, sin embargo, el agua no se filtra adecuadamente, provocando que se concentren los mosquitos y favoreciendo la aparición de infecciones. Y avanzamos hacia la Plaza Aravaca, cuyas obras se han ‘finalizado’ por medio de un aglomerado de madera que se ha fijado el suelo con clavos (que además se está soltando), donde los niños juegan y los vehículos circulan. 'Obra acabada'. Seguimos recorriendo la zona y encontramos en la Plaza del Potro y la Calle del Baño, un edificio del excelentísimo Ayuntamiento de Talavera en un estado deplorable. El edificio tal vez haga ‘doblete’ en desprendimientos de balcones, pues ya sufrió uno y va camino del segundo (si es que no se cae el edificio entero antes). Ya finalizando nuestro recorrido, en la calle Mesones encontramos el pavimento de circulación con desperfectos que dañan las ruedas de los vehículos y otro edificio también con un gran deterioro.
Sobre el contenido de la noticia solo quiero manifestar mi acuerdo con el redactor. Sobre el uso del lenguaje que realiza, un tirón de orejas para que en el futuro ponga más cuidado y se exprese con mayor corrección.