El ayuntamiento de Getafe aprobó el pasado miércoles una moción a propuesta de todos los grupos menos el PP, que establece que el perfil de la persona homófoba es el de “un varón heterosexual, delgado, blanco y católico” redactado por los colectivos LGTB.....
El ayuntamiento de Getafe aprobó el pasado miércoles una moción a propuesta de todos los grupos menos el PP, que establece que el perfil de la persona homófoba es el de “un varón heterosexual, delgado, blanco y católico” redactado por los colectivos LGTB. La alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, es también secretaria general del PSOE de Madrid y apoya dicha moción. Esto, a mi modo de ver las cosas es una flagrante discriminación por sexo (varón), por color de piel (blanco), por condición sexual (heterosexual), por aspecto físico (delgado) y por religión (católico). Lo sorprendente es que viene de quienes se autoproclaman tolerantes y víctimas de la intolerancia.
Una más y ya van muchas. En Valencia y para el desfile del orgullo gay, los homosexuales han presentado el cartel que acompaña al artículo. La Virgen de los Desamparados de Valencia y la Virgen de Monserrat besándose. El cartel, además de irreverente, es zafio, sucio y cobarde – sí, cobarde – porque a ver si tienen alguna vez el valor de representar algo semejante con imágenes de otras religiones. Ellos saben que, en esta España católica, pueden pisotear los símbolos y la fe de los católicos sin que estos, acojonados por las nuevas corrientes laicas, de izquierdas y radicales, ni digan ni hagan nada de nada. Yo sí, yo digo. Digo que cada uno es libre de caminar por la acera que le salga de los cojones, que las tendencias sexuales de cada hijo de vecino serán las que sean y deben ser respetadas, pero que para que sean respetadas ellos – los ínclitos, inefables y nunca bien ponderados homosexuales – deben respetar a los demás. No lo hacen. Los gays y lesbianas piden no ser ofendidos mientras ofenden, piden ser respetados mientras no respetan, piden no ser marginados mientras marginan, piden que no hagamos ostentación de nuestra heterosexualidad mientras ellos y ellas, en esa horterada, en esa ostentación cateta, en ese muestrario de carnes y escaparate de miserias físicas de los desfiles del orgullo gay, nos restriegan todos los años su condición.
Si es usted blanco, heterosexual, delgado y católico, le recomiendo no visitar Getafe. Puede ser detenido por homófobo.