Yo no sé cuando se van a enterar los políticos de lo que queremos los ciudadanos..., pero que no estan complicado averiguarlo me parece a mí....
Yo no sé cuándo se van a enterar los políticos de lo que queremos los ciudadanos…, pero que no es tan complicado averiguarlo, me parece a mí. Yo creo que ahora los ciudadanos somos muy democráticos, más que ellos según parece, y no hay ninguna intención extraordinaria ni nada raro en nuestras mentes, como parece estar presente en la de muchos políticos que sí se abogan la potestad de hacerlo en nombre de sus votantes… La gran mayoría de los ciudadanos de acá, lo único que queremos es que nos dejen vivir en paz, que ya está bien de tanto machacarnos, incluso noticiosamente hablando, de tanto controlarnos, de tanto mentirnos, de mantenernos con tanta intranquilidad…, que ya somos mayorcitos democráticos y tenemos bien entendido lo que es vivir en democracia, que no nos molesten tanto, que no nos utilicen como una moneda de cambio en su trepar político... Si al fin y al cabo todo se puede resumir, en definitiva, en que “supriman aquello que nos hace daño y aumenten, siempre que se pueda, todo aquello que nos favorezca a los ciudadanos…” y no a los intereses personales de los políticos, porque lo que es “bueno” o es “malo”, sí lo entendemos nosotros, mientras que ellos parece que no lo tienen tan claro…. Ahora bien, lo difícil se encuentra en cómo poderlo conseguir… ¡ahí está la madre del cordero…!
Los derechos “fundamentales” para las personas las debemos mantener siempre presentes… para poderlas usar. Y uno de los más elementales es que todos debemos tener la comida suficiente para poder vivir y una cama donde dormir… y por lo tanto aquellos que no lo tengan… efectivamente que el Gobierno, eso sí se lo proporcione… como sea, sin poner ningún obstáculo, ni dificultad para que lo consigan… para que no haya nadie que no tenga donde guarecerse del frio o refrescarse del calor en el verano… -Si se hace bien, no creo que sea tan costoso-, me dice mi amigo Pepe… Son bienes que todo el mundo, y al decir esto lo digo con toda intensidad y sin ninguna excepción, además como primera medida en cualquier gobierno, insisto con prioridad absoluta y con la mayor inmediatez…, al tiempo que con el control que es debido… para que nadie se lleve a engaño ni se pueda dudar de nada… sobre todo para aquellos que puedan tener cierta suspicacia… que “haberlos… ¡haylos!”, en perjuicio de la “verdad verdadera”.