El autobús mágico

Al recibir las vacaciones me dije que solo descansaría como todos los años, probablemente saldría pero lo más seguro es que la mayor parte del tiempo lo pasaría en casa. Descansé, descansé y volví a descansar. Cuando el aburrimiento se apoderó de mí, me puse a ver películas, pero como siempre eran todas de comedia o infantiles por mi hermano. En ese momento decidí cambiar de género y adentrarme en el increíble mundo del drama. Me llamó la atención un título, me atreví a leer de qué se trataba, desde luego me sentí sumamente conectada con la historia, apreté play y allí comenzó lo que muchos llaman: VIDA; sí vida.

Fue increíble la forma en la que llegó esta increíble película a mis manos, yo estaba escuchando música como cada día hasta que de repente surgió de la nada Eddie Vedder con su magnífica voz. Este hombre era el autor de gran parte de las canciones de la banda sonora de una película que estaba basada en hechos reales y que, además, estaba entre las mejores películas del siglo XXI del género dramático. Despertó mi curiosidad y no tardé ni un segundo en comenzar a buscarla para poder verla lo antes posible.

Tras 140 minutos de película comencé a escribir lo que están leyendo ustedes ahora mismo. En todo este transcurso sentí sensaciones inexplicables, esas en que explotas sin pedir permiso, sin pensar en nadie más que tú, sin imaginar que estás allí en medio de la sociedad, ésa que puede que nos gobierne, donde queremos libertad, deseamos ser, sentir y vivir en un mundo donde puedes llegar a abrigar y experimentar con todos tus sentidos emociones que estremecen cada fibra de tu cuerpo, conectándote con uno de los regalos más preciados: la naturaleza. Ni siquiera recuerdo el momento en que decidí optar por cuidarla pero, ¿sabes qué? Aprecio mi voluntad.

Desde aquel momento algo cambió. Piensas, la vida hay que exprimirla cual naranja de zumo y el destino hará que durante el camino puedas aprender todo lo que puedas y más. Por último deberás recordar que la felicidad sólo es real cuando es compartida porque esa felicidad la descubrirás acompañada de alguien, de algo, lo que sea. Nunca estarás solo, observa a tu alrededor. Por eso, siempre, Hacia Rutas Salvajes (Into the Wild).