Nuestra real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de toledo, creo que estaremos de acuerdo, debe atender a las nuevas demandas y retos culturales que la sociedad toledana del siglo XXI....
Nuestra Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, creo que estaremos de acuerdo, debe atender a las nuevas demandas y retos culturales que la sociedad toledana del siglo XXI de la que formamos parte, nos invita a participar y lo debemos hacer con nuestras aportaciones científicas, técnicas, artísticas, docentes, divulgativas, comprometidas siempre con los valores que inspiraron la fundación de esta Casa y la herencia cultural de la que somos portadores.
La Academia no puede quedarse atrás de las nuevas tendencias y marcos de estudio basados en el análisis metodológico del hecho cultural incardinado en el territorio natural, donde se encuentran las ciudades históricas, los yacimientos o los elementos del pasado y donde la acción del hombre creó unos paisajes culturales que se han convertido en centros de interés creciente para la ciencia histórica o artística.
La Academia no puede quedarse atrás de la creciente preocupación por conservar el medio ambiente en el que vivimos que ha permitido que el paisaje cultural haya sido motivo de interés para la ciencia y para las instituciones administrativas cuyas resoluciones se encaminan a dar cobertura legal a su protección y conservación. La documentación europea, nacional y regional así lo acredita.
La Academia no puede quedarse atrás en sumarse a la protección del medio físico como un bien protegido en peligro por las fuertes transformaciones que viene sufriendo, a causa del creciente urbanismo, a veces depredador. La Academia debe tener en consideración nuestra ciudad y nuestra Provincia donde aún se han mantenido una serie de paisajes culturales excepcionales con su correspondiente riesgo de invasión o desaparición. No solo son las vegas, sino todo el torno geológico del Tajo en Toledo y su valle que se prolonga por el cauce bajo hasta tierras de Talavera, que constituyen un verdadero monumento histórico natural, dotado de vegetación destacada y espacios naturales humanizados en diversas épocas de la Historia, que se convirtieron en referencia para poetas, artistas, escritores e intelectuales que todos conocemos, que hoy se encuentra en grave situación , como ocurre con otros espacios naturales de la provincia.
¿Quién pude discutir hoy que el paisaje cultural toledano no forma parte de nuestro patrimonio y por ello motivo de preocupación para esta Casa, so pena de quedarnos atrás ante los nuevos retos que se dirigen a investigar, salvaguardar y recuperar este bien cultural, y participar en ello con nuestra opinión autorizada?
Por todo ello y continuando con la tradición de esta Academia comprometida desde sus comienzos con el paisaje cultural y el entorno natural toledano, con académicos naturalistas o preocupados por el medio físico como elemento cultural, como Ismael del Pan, precursor de las teorías sobre el paisaje cultural toledano publicadas en nuestro Boletín, Emiliano Castaños, Máximo Martín Aguado, Gonzalo Payo… sin hablar de los que recogieron en sus obras artísticas y literarias ese paisaje, debemos reconocer la importancia y necesidad de recibir entre nosotros naturalistas de prestigio que puedan no solo ser continuadores de la tradición académica, sino posibilitar soluciones, informes, opiniones autorizadas, estudios, que nos fueran e incluso ya lo son, requeridos por la ciudad o la provincia, sobre el patrimonio cultural del medio natural.