A la hora de escribir estas líneas recuerdo una primera página de nuestro periódico allá por el año 2011 en que titulábamos ‘TALAVERA NO EXISTE’, en clara alusión a la importancia política de la Ciudad de la Cerámica en el ámbito político regional y nacional. Hace no demasiado tiempo confeccionamos otra portada con un collage de fotos repasando la gran cantidad de locales en alquiler y venta en esta ciudad nuestra junto al titular ‘TALAVERA ESTÁ DE SALDO’.
Ahora, que las cifras del paro siguen sin ser nada halagüeñas, la llegada de empresas continúa siendo fantasmal y que todas las zancadillas por parte de ‘valientes adalides del cinismo’ se enfocan hacia los pocos que se atreven a invertir por esta tierra no dan ganas nada más que de preparar otra primera en que las palabras lo digan todo: ‘TALAVERA ESTÁ PARA IRSE’.
Hace unos días, un buen amigo me recordaba unos datos –disponibles en el Instituto Nacional de Estadística– los cuales reflejan que en las principales poblaciones de Castilla-La Mancha en torno al 20% de la población cuenta con estudios superiores excepto Albacete, que cuenta con el 15% de sus habitantes con esa formación superior.
¿Saben ustedes cuál es el porcentaje de talaveranos con estudios universitarios? EL 5%.
Ante este panorama, ¿qué se puede pensar de cara al futuro? ¿Cómo podemos plantarnos frente a cualquier proyecto serio y con visos de garantía?
Se pueden hacer mil elucubraciones sobre las causas de esa falta de formación: imposibilidades puntuales, empeño en otros menesteres, desidia, falta de miras... pero lo único cierto es que la estadística existe y a estas alturas son difíciles de cambiar.
Si a esa circunstancia unimos la falta de voluntad política continua no hay mucho más que hacer. Llorar para que el maná brote de cualquier roca solo funciona en la Biblia y aquí estamos escribiendo nuestra propia historia día a día. Es historia a la que muchos pasarán sin pena ni gloria y otros serán malditos por su inquina y mala baba. Lo demás está dicho y comprobado, dan ganas de irse.