El particular infierno de Susana Guerrero escribió un nuevo capítulo este lunes con la celebración del juicio al que acudía como acusada por denuncia falsa y que presentó la pareja de del padre biológico de su hija. Los hechos se remontan al año 2012 cuando los servicios de salud de Canarias activan el protocolo por presuntos malos tratos de Rosa María Sanz Rojilla a la menor Nayara, que hoy tiene 10 años.
El informe pericial que realizó el psicólogo forense Maxim Winberg en 2013, cuando se produjo la denuncia de Susana por los supuestos malos tratos, fue rotundo en contra de los intereses de la acusada. El experto detalló algunos aspectos de la declaración de esta madre de 28 años y recordó que concluyó en su análisis que sufría trastorno de personalidad. De la misma forma, sobre la pequeña Nayara, entonces con 7 años, dijo que su testimonio fue “inverósimil e inducido”, destacando la falta de la carga emocional en su admisión de que había sufrido maltrato.
Winberg reconoció que no desde que se denunció en 2012 no se volvieron a aportar nuevas pruebas periciales o de médicos, así como de que la menor estuviera siguiendo un tratamiento, por lo que la documentación de 2014 y 2015 al respecto lo enmarcó en el ‘Síndrome de Falsa Memoria’, cuando una persona llega a creerse que algo ha sucedido de verdad. En estos términos, la defensa aludió al ‘Síndrome de Alienación Parental’ (SAP), que la ONU no contempla.
La denunciante, Rosa María Sanz, negó tales malos tratos y reconoció haber querido a Nayara “como a una hija”, de la misma forma que su entonces pareja, Francisco Javier Muñoz Toribio, ratificó que nunca fue testigo de tales agresiones. Sin embargo, Susana volvió a afirmar que cuando su hija reconoció en octubre de 2012 que su ‘madrastra’ la pegaba, fue cuando se activó el protocolo de los servicios de salud de Canarias.
El Ministerio Fiscal pidió 24 meses de multa con una cuota subsidiaria de 12 euros y la acusación particular añadió 3.000 euros por daños psicológicos y morales para su defendida. Por su parte, el abogado de la defensa ensalzó la inocencia de Susana Guerrero y solicitó la total absolución.
Lágrimas de Susana con los suyos al salir de la sala entre los gritos de apoyo de la Asamblea Feminista de varios puntos de España.
Una historia que se remota a su adolescencia
La Audiencia Provincial de Toledo paralizó la decisión sobre la custodia de Nayara, para estudiar y analizar el recurso que ha presentado Juan Ramón Peris, abogado de Susana, contra la sentencia que le retiraba la custodia de su hija. En la solicitud de nulidad que presentó alegaba que el progenitor tiene una denuncia interpuesta en los juzgados de Canarias por violencia de género y otra por presuntos abusos sexuales contra la menor. La historia de Susana se remonta a cuando ella tenía 13 años y, mientras Rosa María y Francisco Javier trataban de adoptarla, éste abusó de ella. A los 17 años quedó embarazada y dos años después le denunció por violencia de género, hechos que él reconoció por lo que la condena le fue rebajada por atenuante de confesión.