José Cardona
Un liderazgo transformacional para nuestros centros educativos
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
El liderazgo transformacional presenta características como éstas:
Una actitud de colaboración compartida en la toma de decisiones sobre los fines que se quieren conseguir, estimando que los objetivos institucionales pueden alcanzarse mejor desde un compromiso de colaboración compartida, enfatizando la profesionalización del docente, basada en su autonomía curricular y organizativa, su formación permanente, su motivación y constante auto evaluación, y su comprensión del cambio que incluye cómo motivarlo en los otros.
La escuela postmoderna necesita este liderazgo si quiere ser innovadora y adecuarse a los tiempos de cambio acelerado que vivimos. El director ejercerá de líder innovador, impulsando la adaptación de la práctica pedagógica a esos tiempos, y evaluando los riesgos que todo esto supone. El director así concebido posee una clara visión del futuro de la organización, comparte con los profesores y demás recursos humanos un proyecto común de trabajo, evalúa las decisiones tomadas, mantiene altas expectativas en sus colaboradores, crea un clima que proporciona seguridad, y se preocupa de los resultados académicos del alumnado.
Estos líderes apuestan por el cambio, son agentes del mismo, asumen un compromiso con la educación de los alumnos y apuestan por la integración de las nuevas tecnologías en la organización y gestión de los centros y en el desarrollo y la innovación del currículum escolar. En síntesis, subrayan el mejoramiento continuo de la institución, se comprometen con la optimización del proceso educativo, alientan y dinamizan el cambio como una necesidad sentida, impulsan la motivación en los otros, y promueven la creación de oportunidades para un liderazgo de las demás personas de la comunidad en sus ámbitos de actuación.
Aunque el modelo de liderazgo transformacional es considerado como el modelo de liderazgo de la futura escuela, nosotros estimamos que constituye objetivo prioritario en la actualidad, y a ello deben orientarse los programas de formación de los directores en este momento si es que queremos tener instituciones educativas de calidad. Son numerosos los especialistas que han puesto en valor este tipo de liderazgo, relacionando con las siguientes características: a) Posee un prestigio ganado por su buen hacer, b) Presenta capacidad para construir un liderazgo compartido fundamentado en la cultura de la participación, c) Considera el trabajo en equipo como estrategia importante, y d) Dedica tiempo y recursos a la formación continua.
Esta concepción de dirección transformadora de los centros docentes implica las dimensiones de liderazgo en TIC y en márketing educativo. La primera se hace operativa mediante indicadores como la existencia de un órgano TIC responsable de la aplicación organizativa y curricular de las NNTT, y contemplando este servicio en el capítulo pertinente de la planificación económica de la institución.
En el marco de una sociedad altamente competitiva como la actual, una auditoria de marketing educativo contribuye a aclarar la situación comercial, estratégica y de conocimiento en la que se halla un centro, y constatará si se están realizando correctamente las campañas de captación, si los sistemas de información y presentación a los interesados funcionan correctamente (tanto a nivel presencial como virtual), si la conversión de informaciones en matrículas está dentro de unos parámetros lógicos para la tipología del centro, si su público potencial se encuentra cerca de la ubicación de la institución, si se puede captar en otros entornos más alejados y si la comunicación publicitaria y medios empleados son los más idóneos y rentables para su centro.
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¿Qué enseñar en la sociedad del conocimiento?
Últimos comentarios de los lectores (1)
60 | Ricardo Fernández - 21/03/2011 @ 14:33:49 (GMT+1)
Agradezco al profesor Cardona su valiosa contribución a la educación desde la "sociedad del conocimiento".
No cabe duda que todos los esfuerzos por dotar de herramientas tecnológicas a los estudiantes serían estériles si no se acompañan de una nueva dimensión formativa y metodológica orientada a la promoción de competencias digitales tan demandadas y necesarias para el aprendizaje permanente.