alavera ha rendido su particular homenaje, una deuda histórica que se tenía desde hace décadas, con Fernando de Rojas, abogado, creador de La Celestina y durante algunos años alcalde local. Una estatua de bronce, de más de 250 kilos y 1,90 metros de altura, preside la entrada a la Plaza del Pan desde la Plaza Padre Juan de Mariana, así como una placa en cerámica por la entrada noble del Consistorio recuerda su estancia en Talavera.
Primero se descubría la placa, realizada por Artesanía Talaverana, y luego se destapaba la escultura del autor comarcano Juan Cantero y que ha sido donada por el grupo de empresas Iniciativas RFE-Piensos Nuga, propiedad de Enrique Núñez. El alcalde, Jaime Ramos, reconoció que es “un reconocimiento público y visible más allá de la ciudad” y señaló que la estatua se ha ubicado cerca del Ayuntamiento del que fue gestor y al lado de la casa donde falleció, junto a la Iglesia La Colegial.
El regidor señaló que se ha hecho en época de Mondas, ya que Fernando de Rojas fue uno de sus impulsores, después de los vaivenes que sufrió la fiesta tras la peste que obligó a trasladar el Consistorio a Gamonal. Posteriormente se hicieron las ordenanzas en 1515 y en 1538 las hermandades comenzaron a vestirse de blanco y azul, colores representativos de la Ciudad de la Cerámica. “Se hace justicia histórica”, concluyó el primer edil.
Por su parte, Núñez quiso mencionar que con esta donación en memoria de un vecino ilustre hay que “contribuir a que Talavera saque sus fortalezas en tiempos difíciles” y animó a otras empresas a impulsar el nombre de la ciudad por el “amor propio que tenemos a la ciudad”. Aunque nacido en Valdeverdeja (Toledo), el empresario lleva en Talavera 58 años y consideró que “tenía que devolver un poco de lo que la ciudad me ha dado”.
El escultor, de Fuentes de la Jara -barrio de la localidad toledana de La Estrella-, y que también ha sido vecino de Talavera durante una década, explicó que “tenía la espina” de realizar algún trabajo para la ciudad y dijo que esta estatua de Fernando de Rojas en Talavera será un aliciente como Cervantes lo es en Toledo.
Aunque nacido en La Puebla de Montalbán, Fernando de Rojas se trasladó muy joven a Talavera y con 25 años escribió su popular fábula de Calisto y Melibea. De esa época es la escultura, con vestimenta del año 1499 o 1500 -durante el reinado de Felipe 'El Hermoso', con una espada también de ese momento y un bastón de mando en recuerdo de su Alcaldía. El autor de La Celestina murió en Talavera en 1541, “está enterrado en el convento de monjas de madre de Dios de esta villa. Fue abogado doctísimo y algunos años hizo en Talavera oficio de alcalde mayor. Naturalízose en esta villa y dejó hijos en ella”, reza el texto de la placa.
En el acto estuvieron presentes concejales de los cuatro grupos municipales, así como ciudadanos a título particular, quienes fueron los primeros testigos oculares del nuevo elemento que pasa a formar parte de los símbolos de identidad talaveranos.