PSOE, Podemos y Ciudadanos: ¡vale ya!

En todo caso, parece que retroceden posturas como la de Podemos y la del PP, aunque éste último, sorprendentemente sigue situándose primero en todas las encuestas.
Que la corrupción generalizada en el PP, la actitud mezquina de su presidente Rajoy, el desprecio del PP al parlamento y la absoluta incapacidad para negociar y hablar con nadie después de más de cuatro años de soberbia y arrogancia, no sean motivos suficientes para castigar con severidad a este partido y a sus dirigentes, dice mucho del conformismo connivente del electorado de derechas y de la escasa solvencia y credibilidad de todos los demás partidos y líderes nacionales.
Sin duda tenemos un grave problema en España: Un gobierno en funciones que actúa como si el parlamento no existiera; un presidente asfixiado por la corrupción de todo su entorno, pero que mira para otro lado; tres grandes partidos que a pesar de estar de acuerdo en infinidad de cosas son incapaces de pactar un gobierno por la inoperante y arrogancia de sus dirigentes... Y mientras un país en declive, con una ficticia mejoría económica que se basa en los pies de barro del turismo, los salarios de miseria, la muerte de los derechos laborales y los servicios improductivos.
Ante este panorama, que los partidos PSOE, Podemos y Ciudadanos, sean incapaces de dar una respuesta inmediata y poner el interés de España y los españoles por encima de todas sus menudencias, me parece deplorable. Que ante la situación de crisis política, económica y social del país, los tres partidos que tienen posibilidad cierta de cambiar las cosas y quitar al infame Rajoy y su partido del gobierno, no lo hagan y se revuelquen en gilipolleces de niños mal criados poniendo líneas rojas, condiciones y bastardos intereses personales, por encima de España, es algo que no podremos pasar por alto. Si en las 6 semanas que restan hasta que el Borbón se vea obligado a convocar nuevas elecciones, estos tres grandes partidos no son capaces de llegar a un acuerdo, sus votantes deberíamos plantearnos si estamos dando nuestra confianza a líderes que la merecen o a partidos que tengan un verdadero sentido de Estado. Y lo peor es que tanto nos la cogemos con papel de fumar, que al final nos quedaremos con nuestra dignidad impoluta, nuestra estupidez reforzada y con cuatro años más de Rajoy. ¡Viva la inteligencia!