Más de una treintena de muertos y alrededor de 200 heridos más, es el balance provisional de los atentados que esta mañana se perpetraban en Bruselas con tres explosiones, dos en la acceso de salidas del aeropuerto de Zaventem y una tercera en la estación de metro de Maelbeek, muy cerca de donde se encuentran los edificios de las instituciones europeas.
David Martínez, un alicantino pero vecino de la comarca talaverana se ponía de inmediato en contacto con una amiga que hizo durante un intercambio en el instituto, Anna-Maria Said, de 36 años. Esta joven belga vive a cinco minutos en coche del aeropuerto y ha pasado un auténtico infierno hasta que ha conocido que sus dos primos han sobrevivido a los ataques terroristas. Ella todavía no ha podido salir de su casa, bastantes horas después.
Tal y como puede verse en la imagen que nos hace llegar de manos de su amigo talaverano, su calle está completamente desierta, algo insólito teniendo en cuenta la proximidad al aeropuerto. Según relata, su prima estaba en la estación de metro afectada; perdió los zapatos, el móvil y el bolso al salir a la carrera. Está ya en casa con heridas leves, aunque con el recuerdo de los fallecidos que vio cuando trataba de huir de la barbarie.
“Mi prima está viva gracias a Dios; ella se ha salvado, otros no han tenido esa suerte”, relataba. Todavía con el miedo en el cuerpo y el temor de que pueda haber nuevos atentados, también nos contaba que tiene otro primo que trabaja en el aeropuerto y que ha resultado herido leve en su pie.
Según nos indicaba alrededor de las 18 horas, “entrar en Zaventem es difícil, hay solo un acceso”, por lo que solo se da permiso para salir del mismo, pero no para entrar. También sigue escuchándose el sonido de sirenas y muchas calles están cortadas por retenes de policía. En la conversación, nos aseguraba que todavía no había podido recoger a sus hijos para llevarlos a casa, algo que es complicado hasta en coche. Anna-Maria está deseando que el padre de los niños pueda acercarse finalmente con su vehículo y reunirse todos en su casa. De momento la orden que hay es que en la jornada de mañana los colegios permanecerán cerrados.
“Miedo, mucho miedo”, son las palabras que más se repiten en éste y otros testimonios que están saliendo a la luz, mientras que la información oficial del Gobierno es poca todavía.