El motivo de esta carta es realizar un comentario en relación al acuerdo regional adoptado en mi Comunidad Autónoma entre PSOE y Podemos, que servirá para sacar adelante los presupuestos autonómicos de 2016, pendientes de tramitación parlamentaria.
Entre estos acuerdos se encuentra el de reforzar la Enseñanza Pública y se establece -que el gasto presupuestado para 2016 destinado a los conciertos educativos de educación se congela- manteniendo la dotación asignada en el ejercicio 2015, adquiriéndose además el compromiso de -reducir progresivamente la financiación pública en la educación concertada-. Ello no deja de ser un contrasentido en sí mismo, ya que no se puede ir a favor de algo, con medidas de estrangulamiento presupuestario de una de sus partes, pretendiendo su desaparición.
¿Porqué digo esto?. La cuestión es que pese a haberse apropiado un sector ideológico del término “enseñanza pública” haciendo de ello uno de los pilares de su propaganda, el significado de un término “es lo que es”, independientemente de las deformaciones interesadas. Un Servicio Público -la Educación Pública es un Servicio Público- es una actividad desarrollada por una institución pública o privada con el fin de satisfacer una necesidad social determinada.
Por lo tanto cabe -en garantía de una educación pública de calidad- varias formas de gestión, que ha sido el sistema establecido por el PSOE con la LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación), que desde 1985 ha hecho convivir el sistema de gestión directa a través de centros públicos, con una gestión indirecta a través de centros privados mediante el sistema del concierto educativo. Ambos sistemas, en ningún caso son excluyentes ni incompatibles como se pretende hacer ver de forma interesada, sino que son perfectamente adecuados y complementarios, debiendo ir dirigidos a garantizar una enseñanza pública de calidad, que aumente la oferta educativa a la que los padres puedan optar en uso legítimo de su derecho.
No ha de ser por lo tanto la titularidad del Centro lo que determine que una escuela pueda definirse como pública, sino su financiación por parte de las instituciones públicas (a la que todos contribuimos); y es este el sentido, el de estar a favor de una enseñanza pública de calidad en toda su extensión, en el que va orientado el título de mi artículo: ”en defensa de la educación pública”.
Por lo tanto, a mi entender, las reivindicaciones de defensa de la educación pública no deben hacer una división entre entre pública y concertada, sino que han de promover y asegurar una dotación suficiente de ambos modelos que garantice una educación de calidad.
El objetivo último del acuerdo, es la ruptura por razones estrictamente ideológicas del modelo mismo, aún a costa del sacrificio de la calidad de la enseñanza y con ello, se elimina el modelo de gestión que mejores resultados académicos obtiene. Se restringe por otra parte, el modelo más eficiente, sin tener en cuenta el sobrecoste que ello provocaría, desmontando por lo tanto, el argumento del acuerdo por razones económicas. Asimismo, se sacrifica la libertad de elección de centros, pues a pesar de que las familias siguen mostrando una predilección por los centros concertados a la hora de escolarizar a sus hijos, se impone un sistema sobre el otro.
La única motivación que a mi entender puede justificar este acuerdo, estriba en el deseo permanente de acabar con los centros con ideario católico sin tener en cuenta las irreparables consecuencias de tan desafortunada medida, que de paso se lleva por delante a los colegios concertados sin un ideario religioso concreto, cuyos titulares son cooperativas de profesores (solamente en Talavera de la Reina existen 8 cooperativas de ese tipo).
En todo caso, el acuerdo no respeta las libertades de fundación religiosa y de elección de los padres de cómo desean educar a sus hijos, de conformidad con su pensamiento. El acuerdo, desgraciadamente, institucionaliza al Estado como “señor de las conciencias”, con todos los peligros que ello supone como tristemente la historia ha demostrado en multitud de ocasiones en el pasado. Es por tanto y sin lugar a dudas, una cuestión ideológica trasnochada que hace primar ésta, sobre cualquier otra motivación con sentido práctico y de utilidad social.
Francisco Moreno.
Centro de Talavera de la Reina de la ACdP.
Asociación Católica de Propagandistas.