Otra de miedo

Unamos a estos cagaderos perrunos la colocación de dos enormes falos que pretenden orientar el tráfico hacia la calle Mesones, aunque antes hay que hacer un verdadero esfuerzo de interpretación para ver por dónde deben ir los coches y por donde los peatones.
Arbolitos y rayas azules indicando que hay que acoquinar para aparcar, son otros de los aspectos curiosos de esta remodelación.
No se sabe qué parte es calzada para vehículos ni qué parte es exclusiva para peatones. De momento lo han solucionado poniendo unos conos de obra que quedan muy chulos y modernos.
Con más de un mes de retraso, pareciera que el engendro resultante es similar al parto de la montaña. Todas aquellas viguetas de granito tiradas por el suelo al libre albedrío, después de días de pulido, han salido a la luz como supuesta decoración del suelo. Yo seré muy mal pensado, pero no puedo dejar de pensar que hay algo más. Sería bueno saber qué empresa ha suministrado el granito por si tiene algún parentesco conocido. Dada la afición de algunos ediles a colocar a la parentela en empresas amigas, uno se puede esperar cualquier cosa. Supongo que la oposición mirará estas cosillas con lupa, por si acaso.
No voy a entrar en los detalles de los chapuceros remates, pues esto ya sería inquina por mi parte. Supongo que los profesionales que han hecho la obra han cumplido con las indicaciones de los técnicos sin más. Y puede ser que yo, como tantos talaveranos, sea un simple ignorante que no sabe apreciar la maravilla chachi-piruli-mega-moderna que nos han colocado. Me van a perdonar, pero a mí me parece un bodrio sin paliativos.
Por último y dado que en el atentado que hicieron en la Plaza del Salvador, se cargaron una fantástica farola de forja del siglo XIX que allí había, pregunto una vez más ¿Qué ha pasado con esa farola? ¿No se habrá perdido en alguna finCa particular, supongo? Esperaremos respuesta.