miércoles 13 de enero de 2016, 12:42h
Hace seis días publicaba mi artículo semanal aportando mi opinión acerca de lo que puede ocurrir en la política nacional de este país y los cálculos que muchos han de hacer en las próximas semanas, algo que nos afectará a todos, aunque parezca que Madrid está muy lejos.
Muchos de los desvelos que atraviesa Castilla-La Mancha o Talavera en concreto, por aquello de ser la ciudad más castigada por la crisis de la región, pasan por quién mandará en La Moncloa y en el Congreso de los Diputados a partir de enero. Si no, revisen el último trasvase al Segura que se ha publicado por el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy, tras las elecciones generales (qué cucos). Aunque igual hay que darles la razón, si tanto nos quejamos del sangrado del Tajo (unos en los periódicos, otros en las radios y muchos en los bares) y luego el PP de los trasvases gana en todas las poblaciones por las que pasa nuestro río será que la batalla está perdida y hay que secarlo para siempre.
Pero no desfallezco a la hora de analizar lo que se viene encima, la hora de los pactos. Rajoy está haciendo su papel como partido más votado recibiendo en La Moncloa a los representantes de las otras formaciones pero me da que la propuesta se va a quedar en eso, en propuesta.
Alguna gente me censuraba aquello del entendimiento que debería llevar a cabo el PSOE con PODEMOS y Ciudadanos, por las circunstancias de apoyo al secesionismo que propagó Pablo Iglesias. Y por supuesto que coincido con esa opinión contraria al referéndum de independencia, faltaría más, al igual que me opongo a otras medidas más que extremistas del partido morado. Eso sí, las cuentas de la lechera sólo se pueden entender en un cuento y la aritmética política forma parte de la vida real. Me da que, después del Comité del partido de Pedro Sánchez, muchas de las bocas que censuraron al líder socialista probablemente tengan que morderse la lengua porque se aglutinen sentires en torno a su figura.
Nos guste o no el secretario general del PSOE, su postura realmente es clave en la conformación de un gobierno para este país, reventado y sin soluciones válidas hasta el momento. Hasta el PP está clamando por cada esquina que su oponente demuestre estadismo.
Pero, claro, como todo el mundo tiene mucho que callar aquí arrimamos el ascua a nuestra sardina para que los nuestros no salgan damnificados y así los colocamos donde haga falta. Eso también ocurre en Talavera.
Quiero terminar demostrando el extremo cariz democrático de este periódico que permite la publicación de opiniones como la de Rafael de la Cruz, que esta semana muestra su discrepancia con quien suscribe. Tan sólo un apunte, querido Rafa. La Voz del Tajo no censura a nadie, eso lo hacen otros. Esta empresa se empeña en defender la libertad de expresión jugándonos, únicamente, nuestro dinero que es el que paga el papel en el que, por ejemplo, tú puedes opinar. Felices Fiestas.