miércoles 13 de enero de 2016, 12:12h
La noticia decía: “Un ayuntamiento de Málaga organiza comuniones civiles y cobra 67€ por cada celebración”. Como dice un amigo mío: me quedé “eclisao”. El ser humano es capaz de las hazañas más meritorias, de logros que han beneficiado a toda la humanidad, de sacrificios, proezas y gestas que jamás habrían soñado nuestros antepasados, pero por desgracia constatamos que, del mismo modo, en estupidez puede alcanzar límites estratosféricos.
La capacidad para el despropósito y la necedad superan la atalaya de las mentes más preclaras. ¡Comuniones civiles para que los chavales celebren el paso de la niñez a la adolescencia! Esos mismos niños, cuando cumplan algunos años más, podrán avergonzarse de semejante ocurrencia, concebida por los magines huecos y estreñidos de sus progenitores y vengarse de ellos arreándoles una colleja. Desde luego que se merecen hacer la comunión civil tomando una especie de oblea que asemeje a la hostia sagrada sin bendecir, pero yo se la daría también a los padres, en plena cara y con la mano abierta. Y luego, a los dos o tres años, les daría la misma receta en la fiesta de la confirmación civil, para confirmar que, evidentemente, son tan asnos como parecen. En las tribus africanas enviaban a los jóvenes adolescentes a cazar un león a la selva, con sus propias manos, para demostrar que eran ya hombres verdaderos y así se realizaba el paso de la niñez a la madurez, sin tontunas. ¡Cuánto tenemos que aprender de otras culturas! ¡Ah! Me olvidaba del “bautizo civil”, para que los niños no se traumaticen y tengan también su ceremonia. ¿Os acordáis de la campaña de solarización con los enfermos de ELA? Pues eso, un barreño de agua helada con cubitos de hielo por encima del cogote de los padres, para que se bauticen también y se les enfríen las ideas. En este tiempo de adviento vamos a proponer también los belenes civiles, para que los muchachos jueguen con las figuritas que más les gusten, verbigracia un Carlos Marx, en lugar de San José, una Carmena en lugar de la Virgen y un pequeño Nicolás autónomo como niño Jesus. La mula y el buey no se tocan. Los reyes magos van a ser los señores de UGT, de CCOO y el negro podría ser Montoro, con el camello más grande. Como estamos en campaña pondremos de pastor a Pedro Sanchez, rodeado de su rebaño y acompañado por Susana, que le sujeta la vara. El caganet debe ser el Sr Más con sus socios haciéndole la ola o, mejor aún, un castillet con los jugadores del Barça, los de la CUP vestidos de gala, el Jus per Si con el calvo de palmero, una butifarra, los Pujol con un saco de billetes y encima de todos la Caballé con una estelada en el moño. De Pilatos pondremos a Rivera y a su primo, el famoso primo de Rivera y de guardia romano a Rajoy. Solo nos queda el ángel que anuncia la buena nueva que, como no podía ser de otra manera, tiene que ser el coletas Pablo Iglesias Jr., porque el otro ya lo anunció en el viejo testamento. Todo un belén con la Colau, el Monedero y el Kichi de figurantes tocando la zambomba, entre el río de plata y el portal que divulga las buenas nuevas podemitas. Belén civil, Semana Santa civil y hasta una Inmaculada civil, vestida con minifalda y meneando el bolso con garbo. Ya lo dijo Riau, líbrame señor de los tontos que de los listos ya me ocupo yo.