Es siete de enero y aún quedan días de vacaciones escolares en Castilla La Mancha. No sabemos qué hacer con los niños, están hartos de todo, estamos hartos de todo, de días de fiesta, comilonas y encuentros familiares
Ayer recibieron los juguetes de los Reyes Magos y los tienen en un rincón, tirados por el suelo. ¿Por qué no hacen caso a los juguetes? ¿Por qué se aburren rápido de todo?
Si les damos todo lo que piden, lo que conseguimos es que se vuelvan insaciables, inmaduros y no toleren la frustración. Al estar colmados de regalos, no podrán atender a todos, creamos en ellos, cierta dispersión, lo que hace que dejan algunos de lado, incluso nunca lleguen a jugar con ellos. Los niños, hoy en día, suelen tener más juguetes de los que suelen disfrutar y si esto se convierte en algo normal, año tras año, se pierde la ilusión de recibirlos, normalizando un sentimiento de aburrimiento y apatía en ellos. Con el hecho de que reciban muchos regalos, cuatro en una casa, dos en otra, otro en otra casa, y se vean con seis o siete juguetes lo que producimos en una sobre-estimulación, bajos niveles de tolerancia a la frustración y limitemos la fantasía, además de potenciarles anti-valores como el consumismo, el egocentrismo y la insatisfacción.
Lo aconsejable es que los juguetes potencien sus destrezas cognitivas, sociales y motoras y que no hagan de todo, que dejan espacio para el desarrollo de la creatividad, imaginación y otras destrezas como la estrategia Además, es necesario, hablarles del esfuerzo que hacen los Reyes Magos para poder traer los juguetes a cada casa y que hay niños a los que no se los han podido llevar. De modo, que si ellos no juegan con alguno de los que tienen, les invitemos a donarlo a otros niños que no tienen, sugiriéndoles ir a llevarlos a Cáritas, Cruz Roja o al Hospital. Así, fomentaremos el espíritu solidario, inculcando en los menores valores como la generosidad y austeridad.
Una receta sencilla sería la anticipación y el consenso y que Papa Noel y los Reyes anteriormente hayan pactado el número de regalos que van a traer, a la vez que los límites se hayan trabajado igual que se trabajan a lo largo del año en casa en estas fechas sería aconsejable limitar el número de regalos que pueden pedir en la carta. Igual que Papá Noel y los Reyes pueden considerar los tipos de juguetes más demandados por qué se los piden si por moda o preferencia, o si les piden regalos fuera del alcance de los niños por ser desproporcionado para su edad por su coste y la utilidad que los van a dar.
Llegados a este punto podemos hablar de la regla de los cuatro regalos: uno que puedan usar, como ropa, calzado o accesorios; otro relacionado con el fomento de la lectura, ya sea un cuento en papel o electrónico; otro que les haga mucha ilusión, para fomentar su fantasía y emoción; y por último, algo que realmente necesiten para el colegio o en su día a día y que pueden disfrutar durante todo el año.
Para terminar, no olvidéis que se puede jugar sin juguetes, que el mejor regalo para vuestros hijos es la dedicación prestada en el tiempo que paséis con ellos y que durante todo el año, se pueden planifiquéis actividades de ocio para dentro y fuera de casa, adecuadas a sus necesidades y al disfrute en familia. Porque de lo que van a guardar en su caja de tesoros no son los juguetes, son esos recuerdos que compartáis juntos.