Según informan en una nota de prensa, esta urbanización está habitada por unos cuarenta vecinos, de los cuales un tercio ha comprobado como sus viviendas son objetivo de los amigos de lo ajeno en repetidas ocasiones.
El problema añadido es que se producen “tanto de noche como de día”, incluso en varias de ellas al mismo tiempo, denuncian, dándose la circunstancia de que después de acceder a los inmuebles por la fuerza y robar, “se permitieron el lujo de cenar dentro de las mismas”, detallan.
Los destrozos materiales que se producen como consecuencia de los robos son numerosos. En la comunicación remitida a los medios, insisten en que se puede evidenciar la “gran violencia” con la que cometen los actos delictivos, un hecho que les preocupa enormemente y les hace temer por su integridad física. Igualmente, sienten una gran “desprotección” en esta zona hacia la que el paso de la circunvalación del cordel permite un mayor acceso desde cualquier punto de Talavera. Este medio centenar de vecinos se encuentran a unos cuatro kilómetros del núcleo urbano, aproximadamente.
Entre sus demandas piden una mayor presencia policial, especialmente en horario nocturno, puesto que “por el día siempre suele haber gente, aunque esto no sea sinónimo de tranquilidad”. Aunque son conscientes de que el área de Talavera es grande para llevar a cabo un control exhaustivo de todas las viviendas diseminadas en el perímetro de la ciudad, “por las noches nos sentimos más vulnerables y llegamos a tener sensaciones de miedo continuamente porque los asaltantes campan a sus anchas, dado que conocen perfectamente la zona y las costumbres de los propietarios”, resumen en la información.
En las imágenes, se pueden comprobar las consecuencias de los robos contra las que todos los propietarios de la urbanización se han sumado para reprender.