Violencia familiar

La hacen en nombre de su “religión de paz” con la mirada hacia otro lado de los pacifistas tibios: nosotros ponemos los muertos. Mientras, los tibios se lavan con las aguas tibias de su buenismo para ver si consiguen eliminar la dulce fetidez de su hipocresía. Dios se manifiesta así con respecto a los tibios: Apocalipsis 3:15: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! En el 3:16 continua: “Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

Solo los muy cercanos a ellos saben y sufren de su tibieza. Cuando un acontecimiento importante surge, entonces se manifiestan en todo el esplendor de su tibieza. Los ataques yihadistas en Paris nos los han mostrado. Son los que siempre se mantienen equidistantes, los que nadan entre dos aguas, los que jamás se pronuncian con rotundidad, los que ni entran ni salen, los que afirman y niegan al mismo tiempo, los que en términos coloquiales son definidos como “ni chicha ni limoná”. Políticos, intelectuales, periodistas y gente del común envueltos en la cálida manta de la tibieza que les hace sentirse “buenos”, que les mantiene equidistantes del calor y del frío, se han expresado tibiamente sobre los asesinatos indiscriminados de Paris: Son los que dicen que “sí, que está mal lo que han hecho los asesinos, pero que debemos reflexionar, que debemos dialogar” - ¡cómo puedo dialogar con quien se sienta a la mesa del dialogo y pone un kalashnikov encima de ella! – “Que los que se han inmolado son niños de 15 y 18 años y que tendríamos que pensar en ello” - ¡lo de pensar en las víctimas inocentes nada!- “Que no debemos responder al terror con el terror”, cuando lo que han hecho los franceses y lo que deberíamos hacer todos es emplear la fuerza en defensa propia porque a veces el empleo de la fuerza contra la fuerza es de imperativo moral. “Que debemos plantearnos qué ha llevado a esos “angelitos” y “angelitas” hasta ese abismo porque puede que la sociedad tenga algo de culpa, si no toda”. Esa sociedad qun lo que deben hacer.

¿Por qué Dios vomita a los tibios? Yo no puedo explicarlo, no soy teólogo, pero puede que sea porque la tibieza, en la mayoría de las ocasiones, está sustentada en la hipocresía, y ya sabemos que el único pecado que no puede ser perdonado es el de la hipocresía, porque el arrepentimiento del hipócrita es hipocresía en sí mismo.